Un paraíso en la Patagonia: el campo de tulipanes que crea una experiencia única a 20 km de la cordillera
Este emprendimiento familiar combina la producción de bulbos y una experiencia visual que atrae visitantes de todo el mundo.
Enclavado al pie de la cordillera de los Andes, en el corazón del valle y a solo 20 kilómetros de la frontera con Chile, Trevelin se ha convertido en un destino imperdible de la Patagonia. Este pequeño pueblo chubutense, conocido por su historia galesa y sus tradiciones ganaderas, hoy brilla por una propuesta singular: su campo de tulipanes, un espectáculo natural que atrae a miles de turistas cada primavera.
La historia del campo de tulipanes comienza con la familia Ledesma, descendientes de colonos galeses que buscaban diversificar la actividad productiva tradicional. "Comenzamos con muy pocos bulbos, atraídos por la dificultad del cultivo y las posibilidades que ofrecía nuestro clima similar al de los Países Bajos", contó a Radio Nuevo Día, Juan Carlos Ledesma, propietario del emprendimiento.
Hoy, después de décadas de trabajo, el campo alberga más de tres millones de tulipanes en 32 variedades y colores. Esta iniciativa no solo puso a Trevelin en el mapa turístico, sino que también potenció la economía local al integrar la producción agrícola con el turismo.
El Keukenhof patagónico
Inspirado en el famoso parque Keukenhof de los Países Bajos, el campo de tulipanes de Trevelin ofrece una experiencia única. Cada octubre, visitantes de Argentina y el mundo recorren hectáreas de flores multicolores, enmarcadas por las montañas nevadas de la cordillera. Además de disfrutar del paisaje, los turistas pueden participar en actividades como paseos en globo aerostático o eventos de moda, como el Tulipán Fashion Week, que fusiona diseño y naturaleza.
"Patagonia tiene ventajas únicas para este cultivo: la baja humedad evita enfermedades en los bulbos, y la rotación de tierras asegura la sanidad del suelo", explicó Ledesma. La producción de bulbos, no de flores cortadas, es el eje del negocio, siendo el mercado argentino el principal destino.
El impacto del campo de tulipanes va más allá de la belleza natural. En los 40 días que dura la temporada alta, genera ingresos para comercios, hoteles y otros emprendimientos de Trevelin y ciudades cercanas como Esquel y Bariloche. "El turismo ha revolucionado la región. Es un orgullo que Trevelin sea conocido como 'el pueblo de los tulipanes'", señaló Ledesma.
El futuro promete aún más colores. La familia ya planea expandir el cultivo a 42 variedades y sumar nuevas experiencias para los visitantes. Así, el campo de tulipanes sigue floreciendo como un símbolo del ingenio y la resiliencia patagónica.