Murió en una localidad patagónica, pidió que la cremen, pero sus familiares mantienen una deuda con la cochería y organizan una colecta
La mujer, que tenía 58 años, no tenía trabajo ni beneficios sociales. Su esposo vive de changas.
Con 58 años, Isabel Sánchez murió sorpresivamente producto de un infarto en Bariloche. Siempre le había manifestado a su pareja que cuando llegara ese momento, deseaba que la cremaran. Pero el hombre que no tiene trabajo estable no pudo afrontar el gasto de la cremación. Tampoco su reducido círculo de amigas que, aseguraron, viven "el día a día".
"Isabel no tenía trabajo, ni ningún beneficio social ni ayuda económica. Su única persona en el mundo era su marido que vive de changas, como tantas otras personas. Era única hija, sus padres habían muerto. No tenía hijos. Era ella, su esposo y unos pocos amigos", resumió Nancy Henriquez, una de sus amigas más cercanas.
Isabel era oriunda de Buenos Aires, pero se radicó en Bariloche años atrás y nunca más se fue. "Era joven, pero le dio un infarto. Fue algo fulminante, sin aviso y murió solita en su casa. La encontró su esposo cuando llegó de una changa. Todavía está shockeado. No cae que se fue. Por eso, las amigas tuvimos que activar para afrontar esta situación", contó Nancy.
Isabel, recordó, siempre le decía a su esposo que se quería volver a Buenos Aires que esperara a que se muriera. "Si me llego a ir antes que vos, le decía, cremame y llevame con vos que no quiero quedarme sola. Siempre se lo decía", expresó al borde de las lágrimas.
"Cuando pasa esto tan repentino que se muere, la llevan a la morgue del hospital y ahí empezó una carrera a contrarreloj porque los tiempos de un cuerpo apremian. Ayer nos avisaron que había sepultarla porque no se podía esperar al lunes. Así que contra su voluntad, tuvimos que hacerlo, sin una ceremonia", lamentó Nancy.
Explicó que la cremación tiene un costo de 1.5 millón de pesos y el servicio de sepultura, 1,2 millón. "Ella no tenía Pami, ni ningún servicio prepago. Todo se tenía que pagar de contado. Somos gente de trabajo, humildes que vivimos el día a día", recalcó.
Los allegados de Isabel lograron reunir algo de dinero, pero mantienen una deuda con la cochería por el servicio funerario. "Lanzamos una colecta y llegamos a reunir 284 mil pesos. Pero necesitamos saldar el resto. Quiero destacar la parte humana de la cochería Nahuel Huapi: tienen un corazón inmenso", expresó al tiempo que brindó su alias (nan.miri.henri) que figura a nombre de Nancy Miriam Henriquez para quienes puedan colaborar.
Respecto a la difícil situación de despedir una amiga y tener que atravesar por la incertidumbre de saber cómo sepultarla, Nancy admitió que es «durísimo»: "Nunca pasé algo así. Nunca imaginé que iba a tener que atravesar todo esto en medio de tanto dolor. Es nuestra manera de despedirla, de hacer algo lindo por ella. Fue una persona de un gran corazón". (Río Negro)