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Luciana, la santacruceña que participa de Gran Hermano se emocionó en el confesionario

La participante oriunda de Pico Truncado pasó por el espacio privado que tienen quienes se encuentran en la casa donde dialogan con el "Gran hermano" y allí tocó temas muy profundos de su vida.

Redacción Nuevo Día
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Luciana Martínez entró a la casa de Gran Hermano con un objetivo: dejar atrás al cuerpo de varón con el que nació y vivir una vida plena como mujer. Pero no le contó a ningún familiar sobre su decisión ni sobre su participación en el programa.

Los primeros días, Luciana estuvo un poco retraída y, según decía, con un nudo en la garganta. Las chicas se le acercaron y la animaron para que pueda sentirse mejor. Pero lo que le hizo bien fue ir al confesionario a desahogarse y contar todo lo que estaba sintiendo.

Luciana reveló que hace diez años vive una vida a escondidas. Se transformaba en mujer por las noches y viajaba mucho para que sus familiares no descubran su identidad. Su madre, una mujer de 70 años, no entendería su estilo de vida y a ella le daba mucho miedo desilusionarla.

"Espero que se sienta orgullosa y el día que yo salga quiero verla ahí. Quiero que el mundo la conozca porque es una mujer fuerte, que la luchó muchísimo y se merece lo más lindo del mundo", dijo sobre su madre en el confesionario.

Luego en el debate fue Costa quien tomó la palabra para contar cómo fue su experiencia con sus familiares. "Ella dijo recién que espera que su mamá esté orgullosa. Nunca están orgullosas, siempre somos la vergüenza. Siempre".

"La mirada del otro es lo que te atraviesa, lo que te hace ser, lo que te configura", remarcó la analista del Debate, al tiempo que todos remarcaron la valentía de Luciana y celebraron la decisión de Santiago de haberla sacado de la primera placa de nominados. (NA) 

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