La increíble historia del patagónico que se fue a vivir a Noruega y tiene una tienda de ropa que está entre las mejores de ese país
Se trata del madrynense Ricardo Clarke. Conocé su camino en el comercio que causa furor en Noruega.
En tiempos de economía dura en la Argentina, un chubutense nacido en Puerto Madryn y criado en Trelew, Ricardo Clarke, fue noticia en un diario local, el Avisa Nordland, porque su tienda de ropa masculina, Clarke's, duplicó las ventas desde su mudanza a un centro comercial de esa ciudad al Shopping City Nord, de la localidad costera de Bodo.
Ricardo Clarke cuenta que dejó la Argentina en su juventud, y atribuye buena parte de sus logros al lugar y las personas con las que creció. "Yo nací en Puerto Madryn, en 1955, en ese entonces una ciudad muy pequeña, hoy quizás la más bonita de todas de la Costa Atlántica, en la Patagonia Argentina. Cuando tenía dos años y medio, mis padres se fueron a vivir a la ciudad de Trelew, donde crecí y me hice hombre. Yo le estoy tremendamente agradecido a mi ciudad, a Puerto Madryn, a todo el valle y a todo Chubut porque siempre digo que mi formación, la base de la persona que soy hoy, me la dio mi querido Chubut y la Argentina también".
Según el Textil Forum de Noruega, Clarke's ocupó en 2022 el puesto 14 como la tienda textil independiente más rentable de Noruega con un margen operativo del 19,2%.
Su familia está formada por su mujer Merete, a quien conoció estando de vacaciones en Palma de Mallorca en el año 1985. Llevan 37 años juntos, se casaron en Noruega y después en Trelew, sus hijos Alannah y Ferdinand y sus nietos Theodor (3 años) y Oliver (10 meses).
De sus primeros pasos en el Hotel Paris en Puerto Madryn al éxito en Bodo, Noruega, tuvo un largo camino que hoy lo lleva a posicionarse y destacarse en ese país. Según el Textil Forum de Noruega, en 2022 "Clarke's ocupó el puesto 14 como la tienda textil independiente más rentable de Noruega con un margen operativo del 19,2 %. En Noruega hay un total de casi 2.000 tiendas textiles independientes", especifica el medio que llevó al comerciante a la portada, y acompañado de su joven socio Ådne Olaussen Torsvik.
En la entrevista le preguntan al argentino cuál es el "secreto para que le vaya tan bien en una industria textil tan competitiva y con tiendas independientes que no aguantan la competencia y deben cerrar". Y Ricardo se remonta a su historia, su lugar de nacimiento: «Yo aprendí una filosofía muy importante cuando trabajaba en los negocios familiares en la ciudad de Trelew en Argentina y fue mi madre quien me dijo: ‘Enfócate siempre en el cliente, no pienses en la competencia'", respondió.
De Chubut al mundo
Ricardo empezó a viajar antes de los 20 gracias a los ingresos por su trabajo en el bazar que tenía con su hermano. Recuerda que sus padres los habían apoyado económicamente para emprender y que les iba muy bien. Mientras sus amigos invertían en propiedades, él lo hacía en viajes. Primero fue a Brasil, después a Estados Unidos y empezó a escaparse de los inviernos patagónicos para broncearse en las playas de Palma de Mallorca, donde se le hizo costumbre. "Después de repetir muchos años, me hice de muchos amigos españoles. El verano de 1985 sucedió algo que cambió los planes de mi vida. Fue un romance de verano con una noruega, hoy mi mujer, con quienes estamos juntos desde hace 37 años", explica.
Ese verano Merete y Ricardo coincidieron en sus vacaciones en la isla Balear. Como ella estudiaba en París, fue a visitarla cuatro días antes de regresar a la Argentina. En esos años el amor tenía que ser paciente, la única forma que tenían de comunicarse era por correspondencia, cartas escritas con puño y letra que tardaban en llegar. Se enviaron unas pocas cartas y se reencontraron al año siguiente en España, donde decidieron empezar una vida juntos. Después, ella regresó de Noruega con un trabajo en una empresa de turismo con sede en Palma de Mallorca. Así comenzó su nueva vida lejos de casa.
Recién llegado al país escandinavo, tenía varios trabajos en simultáneo: en una empresa de limpieza, en un hotel, primero como lavacopas y después como camarero. Y más tarde, dejó el trabajo de limpieza por un empleo en una tienda elegante de ropa masculina. "Cambiaba las horas de trabajo por ropa. Siempre me gustó estar bien vestido, cuenta Ricardo.
Cree que su proceso de integración fue rápido y no porque estuviese casado con una noruega, sino por algo natural en él. El restaurante le dio posibilidades de organizar eventos a beneficio, como una Carrera de Niños para Niños, que le permitió recaudar, entre 1995 y 2005, uno 70 mil euros, que fueron entregando a organizaciones sociales. También donaron 10 mil euros a un proyecto de la Cruz Roja Internacional para dar sopa a chicos pobres rusos.
Sobre su trabajo, Clarke resume lo que siente: "No tenemos palabras de agradecimiento para nuestros clientes, sin ellos no existiríamos". "Con estas palabras logramos el suceso en Clarke's: Haz un cliente, ¡no una venta! El cliente te recordará siempre por tu atención personal y no por el producto y el precio".
Finalmente dice que no extraña la Argentina, pero le gustaría tener una varita mágica para varias cosas: "Aparecer de repente en «mi» Chubut para hacer una caminata con "mis amigos del alma" y filosofar sobre nuestras vidas. Sentarme a la mesa del café "para arreglar el mundo" y por supuesto, el infaltable asadito en casa de mi hermano Edgard", concluye. (LU17)