Viernes Santo: por qué se evita la carne y qué significa para los creyentes
Este viernes 18 de abril se conmemora el Viernes Santo, fecha clave en el calendario cristiano. Muchas personas evitan consumir carne como símbolo de respeto, sacrificio y conexión con el sufrimiento de Jesús. La práctica, aunque no obligatoria, se mantiene viva por su valor espiritual.
Cada año, durante la Semana Santa, miles de personas en todo el país deciden no comer carne el Viernes Santo. Esta tradición, que perdura a pesar del paso del tiempo, tiene un fuerte componente espiritual y se relaciona con el respeto hacia el sufrimiento y la muerte de Jesús en la cruz.
Aunque la Biblia no establece una prohibición explícita sobre el consumo de carne en esta fecha, la costumbre se interpreta como un gesto de austeridad y penitencia. En lugar de carnes rojas o blancas, que se consideran alimentos suntuosos, los fieles optan por comidas más simples como pescado, mariscos o preparaciones tradicionales de vigilia, como empanadas de atún o tartas de verdura.
"El objetivo no es solo privarse de algo, sino que ese sacrificio se transforme en un acto de amor", explicó el sacerdote Javier Klajner. "Aquello de lo que me privo, debería transformarse en ayuda para otros", señaló, resaltando el verdadero sentido de la práctica: la solidaridad.
Si bien no se trata de una obligación estricta, la Iglesia Católica recomienda este tipo de abstinencia como forma de recogimiento y reflexión personal. Además, hay excepciones claras: niños, personas mayores, mujeres embarazadas o en etapa de lactancia, personas enfermas o quienes realizan tareas físicas intensas están exentos de seguir esta costumbre.
Así, más allá de lo religioso, el gesto de no comer carne en Viernes Santo sigue siendo un recordatorio de introspección, empatía y compromiso con los demás.