Silencio en el Radicalismo ante detenciones por twittear contra la esposa de Morales
La dirigencia radical, incluyendo a Martín Lousteau y gobernadores del espacio, guarda silencio frente a la polémica decisión de la justicia jujeña de detener a dos hombres por publicaciones en redes sociales contra Tulia Snopek, esposa del exgobernador Gerardo Morales.
La cúpula dirigencial del radicalismo ha optado por mantener un hermético silencio frente a los recientes eventos que han sacudido a la justicia jujeña, involucrando al exgobernador y ex titular del Comité Nacional del partido, Gerardo Morales.
La controversia se centra en la detención, por un periodo inicial de 50 días, de dos hombres, Nahuel Morandini y Roque Villegas, acusados de escribir mensajes en redes sociales que sugieren una supuesta infidelidad de Tulia Snopek, la esposa de Morales. Aunque posteriormente se ordenó su liberación, el impacto de la decisión judicial sigue resonando en el ámbito político.
La respuesta de la dirigencia radical ante estos hechos ha sido notoriamente reservada. Consultados por LA NACION, al menos 10 dirigentes del partido, incluyendo a Martín Lousteau, actual presidente del Comité Nacional, y a prominentes figuras como Rodrigo de Loredo y Eduardo Vischi, jefes de los bloques radicales en Diputados y el Senado respectivamente, optaron por la cautela y declinaron hacer declaraciones sobre los arrestos.
La postura de otros referentes, como Gustavo Valdés de Corrientes, Leandro Zdero de Chaco, y Maximiliano Pullaro de Santa Fe, tampoco fue pronunciada, manteniendo el partido en un notorio silencio frente a la situación judicial que involucra a uno de sus destacados miembros.
La acusación contra Morandini y Villegas se centra en lesiones psicológicas y alteración de la identidad de una menor, generando un debate sobre la libertad de expresión en las redes sociales y la capacidad del sistema legal para abordar casos relacionados con difamación y acoso virtual. LA NACION buscó la opinión de los principales referentes del partido centenario, pero el silencio continúa siendo la respuesta predominante en la dirigencia radical.