San Lorenzo empató con Atlético Mineiro y buscará el pase a los cuartos de la Copa Libertadores en Brasil

Se le fue de las manos. San Lorenzo vive un presente caliente tras un fin de semana en el que la guerra interna se cargó a un ídolo como Néstor Ortigoza (quien era encargado de fútbol) echado por el presidente Marcelo Moretti y casi a otro por el DT Pipi Romagnoli y sus deseos de dejar tras el 0-1 del sábado vs. Atlético Tucumán. Ayer, en el 10° aniversario de la Libertadores que adorna las vitrinas del Ciclón desde 2014, la noche copera animó desde afuera hacia adentro a un Ciclón que hizo el desgaste, se puso en ventaja pero terminó empatando 1-1 contra Atlético Mineiro por un error puntual de su arquero Facundo Altamirano que le costó caro.

El Cuervo se plantó y lo salió a jugar como si se tratara de aquella recordada final con el Patón Bauza en el banco y ante Nacional de Paraguay para ser campeón. Personalidad y una presión infernal que minimizó a los dirigidos por Gabriel Milito en todo ese primer tiempo.

Un esfuerzo físico inmenso que se reflejó en esa recuperación alta de Matías Reali para que después tirara un centro de manual y perfecto para el cabezazo de Alexis Cuello, el hombre de área del Pipi. Un 1-0 que luego sostuvo con la misma tónica, mordiendo en toda la cancha ante los brasileños con el estilo bien a lo Argentinos Juniors de Milito pero livianito ante cada zapateo.

Para la segunda mitad las cosas cambiaron. Lógicamente San Lorenzo no pudo mantener ese ritmo y se fue agrupando más atrás. Además, perdió a una pieza clave como Remedi, quien hizo el esfuerzo de jugar tras lesionarse hace una semana ante Vélez pero sólo aguantó ese PT aportando lo suyo. El Mineiro de a poco se fue adueñando cada vez más de la pelota generando espacios pero la realidad fue que el 1-1 se lo terminó encontrando. Porque Fausto Vera de la nada sacó un remate al arco, Altamirano no la despejó bien y en el rebote Paulinho no perdonó.

El arquero y capitán pareció dudar entre tirar la pelota lejos, a un costado y agarrarla. Fue un golpazo anímico y que le sacó ese envión a un San Lorenzo que no venía sufriendo. Desde ahí los visitantes fueron más intensos pero con el correr de los minutos se fueron amigando con ese 1-1 sabiendo que definirán el próximo martes en Brasil.

En definitiva pareció un empate con gusto a poco para el Ciclón. Pero si algo se lleva de este partido es que dentro de la cancha hubo respuestas. Del Pipi Romagnoli que planteó un buen partido y de un grupo con muchos pibes que dieron la cara con seriedad y aplomo en la Libertadores. Ahora deberá seguir afrontando finales: Boca en la Bombonera el domingo y casi sin descanso el martes la vuelta vs. Mineiro en Brasil para soñar con apagar desde adentro los incendios de afuera...

Fuente: Diario Olé