La estafadora que culpaba a su exmarido de los delitos
Mendoza- Aldana Ojeda fue acusada de liderar una banda dedicada a estafar. Fue detenida en junio y esta semana el fiscal pidió la prisión preventiva. Lo curioso del hecho es que la estafadora cuando era increpada por las víctimas, culpaba a su exmarido de los delitos.
Adana Ojeda Delucca es una joven con buena presencia y dicción, que fácilmente se ganaba la confianza de los desconocidos. Al parecer, estas eran sus armas para perpetrar estafas y hasta un intento de homicidio en Mendoza. Ojeda Delucca fue detenida a principios de junio y sospechada de liderar una banda delictiva. Esta semana el fiscal solicitó la prisión preventiva para los siete detenidos. La Justicia define en los próximos días su destino.
Las estafas tenían varias aristas. Una de ellas comenzaba en las redes sociales. La mujer publicaba en Facebook que compraba y vendía dólares. Los interesados se contactaban con ella y los citaba para la transacción. En ese momento, el arbolito no aparecía y los interesados eran asaltados. Los hombres que querían comprar o vender la divisa extranjera "caían" rápidamente, ya que confiaban en la mujer.
Ojeda no "trabajaba" sola. Para cometer los ilícitos contaba con su pareja actual, Nahuel Ramírez Paniagua. El hombre se desempeñaba como era gestor inmobiliario, por lo que estaba en conocimiento de cuáles eran las propiedades en remate. Este dato se lo pasaba a su pareja, quien concurría a los domicilios y le ofrecía a los propietarios comprarle la casa, para poder vendérsela tiempo después. De esta manera, los propietarios no perderían sus viviendas.
Pero la realidad es que esas visitas Ojeda las utilizaba para inspeccionar los lugares donde cometería los asaltos. De esta manera podía asegurarse si las viviendas contaban con alarmas, cuántas puertas tenía, por dónde le convenía ingresar.
Con los datos en su poder, era el turno de reclutar a quienes llevarían adelante los robos.
Uno de los hechos más graves ocurrió el 7 de mayo en Guaymallén. Días antes, Aldana había ido, junto a otro hombre, a una propiedad de calle Padre Vargas al 700, que iba a ser rematada. Días después, el mismo sujeto, identificado como Pablo Pipo Valdivia, regresó junto a un cómplice. El propietario, Carlos Almazán les abrió la puerta y en ese momento fue amenazado con armas de fuego por los sujetos. Una vez dentro de la propiedad la víctima comenzó a gritar, y el hijo, al escucharlo, se acercó y comenzó a forcejear con los delincuentes. En ese momento, uno de los delincuentes disparó varias veces, hiriendo a las víctimas. Ambos ladrones escaparon sin robar elementos.
Lo curioso del caso es que, según trascendió, las víctimas una vez que caían en las estafas sabían quién estaba detrás. De esta manera volvían a contactarse con Aldana y le pedían explicaciones sobre lo ocurrido. La mujer, lejos de aceptar su responsabilidad, les decía que el responsable era su expareja, y les enviaba una foto del hombre, que efectivamente había mantenido una relación con la mujer, pero nada tenía que ver con los delitos.
En tanto, los investigadores estaban tras los pasos de la banda y este hecho último hecho les permitió encontrarlos. Tal es así, que a comienzos de junio, personal de la División de Homicidios realizó una serie de allanamientos en el Gran Mendoza y logró la detención de siete personas, entre ellas, Aldana, Paniagua y Valdivia.
A los líderes -Ojeda y Paniagua- los acusan de seis hechos, entre ellos, homicidio criminis causa en grado de tentativa, robos agravados y tenencia de armas.
Esta semana se realizó una audiencia donde el fiscal, Gustavo Pirrello, en una extensa exposición, solicitó la prisión preventiva para todos los acusados. La próxima semana será el turno de los defensores y luego el juez decidirá el destino de los sospechosos.
MDZ