Narcomenudeo en cárcel santafesina: una mujer fue condenada por cobrar la venta de drogas en el penal de Piñero
Se trata de la pareja de un delegado de pabellón ligado a Los Monos. Recibió por transferencia más de 14 millones de pesos por venta de drogas
Una mujer fue condenada por participar de una red de narcomenudeo en la cárcel de Piñero, que administraba su pareja como delegado de pabellón. Las visitantes de los presos se ocupaban de ingresar cocaína y marihuana semanalmente, y la pareja del delegado era quien realizaba los cobros por transferencia. La mujer recibió la pena de 4 años de prisión por ese delito y por ser considerada parte de una asociación ilícita ligada a Gastón Schneider, hijo del asesinado líder de Los Monos, Claudio "Pájaro" Cantero.
Según la investigación del fiscal Franco Carbone, Celeste Evelyn Barjollo participó de la comercialización de estupefacientes en el interior del pabellón 6 de la cárcel de Piñero. Su pareja, Brandon Aramburu, era el delegado del pabellón y se ocupaba de la organización de la venta dentro del penal.
Lo que alcanzó a determinar la investigación es que las visitas de los presos ingresaban semanalmente unos 100 gramos de cocaína y otros 100 de marihuana. Luego eran fraccionados por Aramburu, quien se ocupaba de la venta al resto de los internos.
Celeste Barjollo, pareja de este preso ligado a la banda de Lucho Cantero, se dedicaba a cobrar. Según constató el fiscal, entre el 1 de septiembre de 2022 y el 20 de marzo de 2024 recibió 1071 transferencias de parte de 66 personas vinculadas a 50 presos del mismo pabellón por un monto total superior a los 14 millones de pesos.
Asociación Ilícita
Barjollo fue condenada este lunes a 4 años de prisión efectiva por comercializar estupefacientes y por ser miembro de una asociación ilícita. La pena se acordó mediante un procedimiento abreviado entre el fiscal y la defensa, homologado por el juez Ismael Manfrín.
Carbone indicó que Barjollo forma parte de la banda que lidera Gastón Schneider, un hijo del Pájaro Cantero que vive en la zona de sur de Rosario y que comparte jefatura con su medio hermano Luciano Cantero. Según el fiscal la banda se compone "por un grupo de personas que converge mediante un acuerdo de voluntades estable, con caracteres de cohesión y de organización, ya que todos los hechos fueron cometidos con la finalidad de procurar un lucro indebido para sus miembros a través del producto de los ilícitos cometidos".
Las actividades a las que se dedican incluyen "usurpaciones, entregas de dinero o bienes por parte de las víctimas de las amenazas o mediante la expulsión de organizaciones criminales antagónicas que operan en sus zonas de influencia". Principalmente operaban en los barrios La Paloma, Saladillo, La Carne, Roque Sáenz Peña y Molino Blanco, todos de la zona sur de Rosario.
En ese marco la Fiscalía consideró que la banda estuvo detrás de "una multiplicidad de delitos cometidos contra las personas, la propiedad, la seguridad pública y la administración pública". Entre ellos tentativas de homicidio, portación de armas de fuego de diversos calibres, tanto de uso civil como de guerra, abuso de armas, daños, robos, amenazas y encubrimientos de hechos precedentes cometidos por miembros de la organización y por terceros ajenos a ella.