Murió en Mendoza "el hombre gato" que mató a su madre y su tía
Nicolás Gil Pereg, el doble homicida de su madre y su tía que se creía un felino, murió este domingo en el hospital psiquiátrico El Sauce.
Nicolás Gil Pereg, el asesino de su madre y su tía condenado a prisión perpetua en Mendoza y que acaparó la atención de la prensa nacional, murió este domingo en el hospital psiquiátrico El Sauce tras sufrir una descompensación. Te contamos quién era este doble homicida y sus delirios.
Se trata de un exmilitar de quien se decía que tenía una inteligencia superior a la del común de la gente, con un coeficiente intelectual de 180, pero que vivía casi como un indigente y rodeado de animales. Además, era un hombre de negocios que creaba y vendía empresas contando con el financiamiento de su madre desde Israel.
Sin embargo, todo cambió el 12 de enero de 2019, cuando su madre, Lily Pereg, de 54 años, y su tía, Pirhya Saroussy, de 63, que habían llegado de visita a Mendoza el día anterior, fueron hasta la casa de la calle Roca, en Guaymallén, y no se las volvió a ver hasta que se hallaron sus cuerpos. El propio Gil Pereg realizó la denuncia por la desaparición de las mujeres.
El israelí estaba en el ojo de la tormenta, pero los resultados de los rastrillajes eran negativos. Con el paso de los días y sin novedades de las víctimas, el gobierno provincial ofreció una recompensa de 300 mil pesos para dar con ellas. Finalmente, los cuerpos fueron encontrados el 26 de enero en la casa del único sospechoso, quien fue imputado por "homicidio agravado por el vínculo" por el crimen de su madre y por "homicidio simple" en el caso de su tía. La fiscal Claudia Ríos intervino en el caso.
Su infancia fue compleja
De acuerdo con la psicóloga que trataba a Gil Pereg en el hospital El Sauce, Jimena Rivas, el hombre no había tenido una infancia normal. Según el propio relato del por entonces acusado, a los 8 años estaba encerrado, estudiaba y solo confiaba en sus abuelos maternos y en su mamá.
Hacia los 12 años resaltaban ciertos rasgos obsesivos en su conducta y le costaba integrarse socialmente. Además, dormía con su madre y no detectaba la presencia de otras personas, salvo la de sus abuelos.
Respecto del mundo académico, la profesional manifestó que "en primaria, cuando iba a cuarto grado, lo adelantaron un año por su inteligencia. Contó que fue mejor promedio, después pasó por el secundario y cuando entró a la universidad veía cómo los demás podían vincularse y él no. Ahí empieza a darse cuenta de que la gente usaba ropa y sentía que tenía 'una grieta en la cabeza'".
Un mensaje felino y el cambio de vida
Gil Pereg terminó el secundario, pasó por la universidad y se recibió de doctor en Ingeniería con apenas 23 años. Luego, ingresó en el ejército israelí, una experiencia que, según explicó el propio doble homicida, "le explotó la cabeza".
Siguiendo a la psicóloga, Gil Pereg se quedó ocho meses dentro de una habitación porque había estudiado ingeniería para seguir los pasos de su abuelo. Dijo que había hecho un gran esfuerzo para adaptarse a la sociedad, pero ahí ya entró en otra etapa. De repente apareció un gato en su ventana y él le atribuyó un mensaje: "que podía seguir viviendo como un felino y separarse de la humanidad".
Tras la muerte de su abuelo, el israelí comenzó a tener conductas extrañas. Por ejemplo, cazaba ratones y salía desnudo a la calle. Incluso decía haber visto fantasmas. En esa época, también tuvo sus primeras internaciones. La profesional Rivas manifestó que padecía un "delirio sistematizado".
Quería crear una raza superior
Algo así como si de nazismo se tratara, entre las ideas descabelladas de Gil Pereg estaba la de crear una raza superior. En este sentido, el fallecido había declarado que tenía relaciones sexuales con su madre y que había recurrido a una clínica de fertilización asistida. Además, manifestaba haber tenido sexo con gatos.
Gil Pereg decía seguir la "ley de la naturaleza" y de ese modo justificaba los olores nauseabundos que lo rodeaban. Incluso, manifestaba que existía un felino gigante de nombre Baldjus que le daba consejos y lo protegía.
Sufría de parafrenia
Durante el juicio por los crímenes de su madre y su tía, Mariano Castex, un especialista con 65 años de experiencia en psiquiatría, manifestó que el acusado estaba loco y que "representa un riesgo cierto e inminente de producir daño para sí o para terceros".
El profesional elaboró un informe de sesenta y cinco páginas tras el cual afirmó lo siguiente: "mi conclusión fue que es un insano, un enfermo mental. Es un demente en el sentido jurídico, un ejemplo claro de parafrenia. Él vive en una realidad paralela e interpreta las cosas desde allí".
La parafrenia, manifestó el especialista, "es un delirio de transformación corporal. Implica que él esta viviendo una realidad distinta a la nuestra, pero con la particularidad de que la parte cognitiva permanece intacta y funciona dentro de otra dimensión. Es como el hombre que se cree Napoleón: todo lo que haga y diga lo hará desde esa realidad paralela".
Después, manifestó que "a la vez, puede mostrar reacciones humanas como cualquiera. Lo que pasa es que él valora sus actos de acuerdo con esa realidad propia en la que vive. Incluso puede sobresimular, que es simular sobre su locura. Pero sigue siendo un enfermo.
Finalmente, y en cumplimiento de su condena, el doble homicida, de Lily Pereg y Pyrhia Saroussy sufrió una descompensación y falleció este domingo, aunque intentaron reanimarlo. Con ello, se cierra uno de los casos más relevantes de la historia criminal de a provincia de Mendoza.
MDZ