Más acceso a créditos en dólares: quiénes podrán solicitarlos y bajo qué condiciones

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) flexibilizó el acceso a créditos en dólares, permitiendo que los bancos otorguen estos préstamos sin restricciones a personas y empresas. 

Según un relevamiento de TN, las líneas de financiamiento en moneda extranjera estarán dirigidas principalmente a pymes, proyectos de inversión, negocios inmobiliarios y créditos hipotecarios.

Desde el sector bancario explicaron que la implementación dependerá de la estrategia comercial de cada entidad. Una de las instituciones financieras más grandes del país confirmó que los créditos en dólares estarán destinados principalmente a hipotecarios y al desarrollo de proyectos inmobiliarios.

Hasta ahora, una normativa del 2002 restringía estos préstamos solo a empresas con flujo de fondos en dólares provenientes del comercio exterior, como las agroexportadoras. Sin embargo, con la resolución aprobada por el BCRA la semana pasada, cualquier sector podrá acceder, siempre que los bancos utilicen "dólares propios" obtenidos a través de líneas de crédito en el exterior o emisiones de obligaciones negociables (ON), sin recurrir a los depósitos en dólares de los clientes.

Enfoque en el sector inmobiliario y empresarial

Fuentes bancarias indicaron que la mayor parte de estos créditos estará dirigida al sector inmobiliario. Las líneas estarán diseñadas tanto para individuos que busquen préstamos hipotecarios para la compra de viviendas como para desarrolladoras y constructoras, que operan en pesos pero venden sus inmuebles en dólares.

Asimismo, los bancos podrán financiar a empresas que necesiten inversiones o refinanciación de pasivos, incluso aquellas que no generen dólares directamente, pero sean proveedoras de firmas exportadoras.

Sin embargo, las entidades consultadas por TN descartaron ofrecer créditos en dólares para consumo.

Factores que limitan la expansión de los créditos en dólares

A pesar de la flexibilización, los bancos consideran que la medida no llevará a una masificación de los créditos en dólares. La normativa establece que los bancos solo podrán prestar en dólares si consiguen fondos en el exterior o emiten obligaciones negociables. En los últimos tres meses, tres entidades han recurrido a esta estrategia: Banco Galicia, Supervielle y BBVA.

Un banco público, que prefirió no ser mencionado, explicó que al no haber emitido obligaciones negociables en dólares, no podría otorgar estos créditos libremente y continuaría prestando solo a empresas con ingresos en moneda extranjera, según la normativa previa.

En contraste, desde un banco privado celebraron la medida del BCRA, señalando que era necesaria para canalizar los dólares acumulados por el blanqueo de capitales y el aumento de reservas. "La falta de pesos estaba generando un cuello de botella en el mercado", afirmaron.

Tasas de interés y riesgos

Las tasas de interés de estos préstamos podrían ser elevadas, ya que el financiamiento en el exterior es costoso para las empresas argentinas debido al riesgo país, que supera los 700 puntos. Según estimaciones del sector, las tasas en dólares podrían superar el 10% anual.

Debate en el sistema financiero

El BCRA argumenta que la medida busca expandir el crédito en moneda extranjera dentro de un marco regulatorio prudente basado en los estándares de Basilea, en línea con la expansión del mercado de capitales. Además, la emisión de ON y los créditos en dólares permitirán que el BCRA continúe acumulando reservas.

Sin embargo, la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), que nuclea a entidades extranjeras, manifestó su oposición. Su titular, Claudio Cesario, advirtió en octubre de 2024: "Tenemos que evitar que lo aprendido se nos olvide: los dólares se deben prestar a quienes producen dólares. Por eso hoy nadie discute si el sistema financiero es confiable. Construir confianza fue un trabajo de años y de todos los días".

El principal riesgo de los créditos en dólares a empresas o familias sin ingresos en esa moneda es el descalce de monedas en caso de una devaluación abrupta, lo que podría generar problemas financieros tanto para los prestatarios como para el sistema bancario.