La Corte espera a Ariel Lijo sin el aval de Villarruel y el deseo de Javier Milei
La Corte Suprema cree que pasa el pliego en el Senado. El factor "cupo de género" y la causa de la muerte de José Ignacio Rucci. Ariel Lijo como garante de buena relación con el Gobierno y la política.
Javier Milei es consciente de la situación: para llevar a cabo transformaciones de fondo, habrá unos centímetros de fango que deberá sumar para cambiar. Victoria Villarruel cree en un cambio puro sin un centímetro de barro, sin sentarse a negociar, a pesar de sus maniobras constantes en el Senado para fortalecer el raquítico número oficial, el más chico de la historia moderna en Argentina. Ariel Lijo es el juez que, de no cambiar el pronóstico, ocupará la quinta silla del máximo tribunal tras ser aprobado en el Congreso. Victoria Villarruel no hubiera dicho nada sobre Lijo si se hubiera sentado previamente con el presidente a plantearlo en privado.
El vocero Manuel Adorni eligió tomar el mismo camino que la vieja política: negar lo evidente a pesar de la confirmación en off de todo el Gabinete y de los secretarios. Negó una interna y acusó a los medios de inventar una interna que no existe. En el Senado, en el Gabinete, en el equipo de trabajo de Victoria Villarruel y en el de Javier Milei respondieron al unísono que la tensión entre ambos es constante y que la sintonía se alteró post octubre y no cambió. Ariel Lijo es un leading case sobre esto: Javier Milei lo había consultado con Mariano Cúneo Libarona, quien arrimó el nombre, y lo conversó con Nicolás Posse, nunca con Victoria Villarruel.
Mariano Cúneo Libarona es el que entiende mejor la llegada de Ariel Lijo, con quien hablaba antes de ser ministro. Lijo le certificará a la política que la pelota puede caer de cualquier lado de la red, por lo que habrá una tensión interesante para los cambios que impulsa La Libertad Avanza. Alguna vez, Ariel Lijo había dicho que no había diálogo con el Gobierno, incluso en off the record conversando con este cronista, negó relación con funcionarios, algo poco habitual entre el fuero federal y el poder político de turno.
"Me encanta Ariel Lijo, en serio", diagnosticó uno de los hombres de traje y reloj suizo antiguo. La Corte Suprema lo espera, saben que los porotos para que llegue seguramente estén, y saben también que la mejor forma de salir del estado de anomalía que vive el máximo tribunal hace tres años es sumando a un integrante, y si ese integrante encima tiene buena relación con el Gobierno, es ideal. Es el caso de Lijo, quien sostendrá los hilos para poder llevar a cabo su trabajo y no generar una crisis con el Gobierno.
La figura de Ariel Lijo irritó a Victoria Villarruel porque la vice pensó que sería una mujer, a pesar de su pública enemistad con el sector feminista que logró copar el kirchnerismo en los últimos años. Villarruel no cree en las diferencias de género, pero sí en los gestos de corrimiento que tiene constantemente el presidente. La causa de la muerte del sindicalista preferido de Juan Perón, Juan Ignacio Rucci a manos de la agrupación guerrillera Montoneros es parte de una causa que tiene Ariel Lijo que no es relevante hoy y que fue lo que nutrió la crítica de Villarruel.
- Cinco sillas. La Corte aumentará su número de miembros a cinco.
En rigor de verdad, Ariel Lijo es una piedra en el zapato para distintos sectores políticos, por haber investigado al kirchnerismo y al macrismo, por lo que no encaja en el concepto de "casta". Apresó a Amado Boudou, mandó a juicio oral a Carlos Menem y se quedó con la causa del Correo Argentino que le quita el sueño a buena parte del mundo amarillo de Mauricio Macri. No es justamente un parámetro de descalificación el recorrido de los fallos de Lijo, a quien también se le achacó el rol de su hermano, Freddy Lijo, operador judicial vinculado al kirchnerismo.
Javier Milei es consciente de que la llegada de Lijo es sinónimo de poca renovación, pero de mucha trayectoria y esencialmente el acceso a una Corte Suprema impar que pueda resolver distintas causas que pueden ser útiles en el corto plazo. Lijo tiene buena relación con el arco político, pero incluso fue quien investigó al poder político estando en el cargo, algo poco usual. Menos sospechosa es la participación de Lijo teniendo en cuenta que en su época estaba Norberto Oyarbide y Rodolfo Canicoba Corral, quien se jubiló alquilando un castillo francés en un exclusivo country porque los ingresos eran todos de su mujer, no de él.
MDZ