Javier Milei echó a Nicolás Posse: el desgaste precipitó una decisión anunciada
El Presidente decidió subirse al avión con la novela de su jefe de Gabinete terminada. Hubo diferencias hasta en el comunicado final. El rol de Guillermo Francos en la etapa que viene.
El sometimiento de la gestión a un desgaste autoinflingido que se podía prolongar y la decisión de tener resuelto el recambio antes de subirse al avión aceleraron los tiempos para que Javier Milei decidiera prescindir de los servicios de Nicolás Posse como jefe de Gabinete y poner en su lugar a Guillermo Francos. Después de una semana plagada de rumores, el Presidente le puso fin a la situación y quemó a su primer ministro coordinador.
El propio Milei había dicho el jueves último en una entrevista en LN+ que los cambios de gabinete se darían una vez que termine el debate de la ley Bases en el Congreso (ya sea con aprobación o no). Lo justificó en que sería la culminación de un hito de su gobierno y que era un momento de hacer un balance de todo el Gabinete. La dinámica de una relación completamente rota obligó a cambiar los planes.
Es que en las últimas horas, en la Casa Rosada se respiraba un aire enrarecido, con un jefe de Gabinete que todos daban por despedido y con la certeza de que la votación de la ley en el Senado será, con suerte, recién la otra semana. Y después tendría que volver a Diputados. Demasiado tiempo para estar con un coordinador que ya no coordina.
Por eso, Milei decidió dar por terminado el tema y subirse al avión para un nuevo viaje a Estados Unidos con el tema resuelto. Se cerró así una relación que parecía inquebrantable cuando el Presidente dio a conocer que el hasta ese entonces desconocido Nicolás Posse sería su jefe de Gabinete. Llegó a ser parte de la mesa chica, junto a Karina Milei y Santiago Caputo. Pero algo se rompió.
Las explicaciones cambian según con quien se hable, aunque todas remiten a lo mismo: Posse perdió la confianza de Milei y dejó de estar en la consideración como el gran gestor que esperaba que fuera. Iba a ser quien pusiera en práctica las ideas del libertario, pero terminó yéndose antes de los primeros seis meses. Algunos dicen que la resolución por la que se aumentó el sueldo del presidente y los principales funcionarios (luego anulado) fue un punto de quiebre. Otros agregan que las quejas de los ministros eran cada vez más fuertes. Es recurrente la descripción de Jefatura de Gabinete como un embudo donde al principio se pensaba que se analizaba todo meticulosamente, pero después ya empezaron a sonar las críticas de que parecía falta de gestión (de mínima) o maldades políticas.
A eso se sumaron los rumores de un supuesto manejo de información privada que podría estar haciendo Posse, que tenía hasta este lunes a Silvestre Sívori al frente de la AFI (también renunciado). Al punto tal de que se difundió que Karina Milei era una de las "espiadas". La versión nunca fue confirmada por las diversas fuentes de las Casa Rosada, pero tampoco desmentida. Si era real, es un escándalo. Si es falsa, habla de cómo se manejó la información para terminar con la salida de Posse del gobierno.
Reemplazo de confianza
También en las últimas horas sonaba fuerte el nombre de Guillermo Francos como nuevo jefe de Gabinete, tal como anticipó MDZ en su edición del viernes. Las dudas giraban en torno a qué pasaría con la ley Bases, porque de no conseguir la aprobación era una señal controvertida la de premiar con un ascenso a uno de los principales funcionarios responsables de esa negociación.
En Casa Rosada, sin embargo, aseguraban el lunes por la noche que la decisión es "porque Guillermo tiene mucho de los atributos de un jefe de Gabinete". ¿Y la ley Bases? "Estamos confiados", resumían. El ministro más político que tiene el gobierno pasará ahora a cambiar el perfil de una Jefatura de Gabinete que tenía una mirada mucho más técnica.
Entendió Milei que la gestión propiamente dicha puede avanzar con los ministros y secretarios de cada área, y para las reformas estructurales asumirá como nuevo ministro Federico Sturzenegger. Posse tenía a su cargo, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con las empresas del Estado, muchas de las cuáles buscarán que sean privatizadas. Ese rol ya tendrá un nuevo encargado.
Y sobre la ley Bases pesan ahora dos interpretaciones. Por un lado, el ala optimista confía en que este miércoles habrá dictamen y la semana siguiente se aprobará en el Senado. Unos días después ya estaría terminado el tema en Diputados. Los más escépticos, no obstante, apelarán a una máxima cada vez más fuerte de los libertarios: son ellos versus la casta. En esa lógica, si Francos, como ministro del Interior, no tuvo éxito para aprobar la ley es por culpa de la casta.
A partir de ahora, además, la Jefatura de Gabinete absorberá más poder, porque la estructura del Ministerio del Interior quedará bajo su órbita. El actual secretario de Interior, Lisandro Catalán, tendrá las competencias a su cargo pero sin asumir como ministro. En esa órbita quedará también el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli.
Explicaciones diferenciadas
El comunicado de la Oficina del Presidente destaca el atributo del "consenso" en la figura de Francos. "Es reconocido por todas las fuerzas políticas por su capacidad de gestión y consenso", termina el texto. Lo cierto es que durante estos meses, sobre todo desde el Congreso se preguntaban si el ministro del Interior tenía el poder suficiente para tomar decisiones o si todo terminaba resolviéndose en otros despachos de la Casa Rosada. Algo cambió y Milei comenzó a valorar de otra manera los dotes de su funcionario.
En la misma sintonía, el comunicado oficial también destaca que la llegada de Francos dotará a la Jefatura de Gabinete de "mayor volumen político". Marca así una clara diferenciación con Posse, a quien recién se le conoció la voz públicamente cuando fue hace menos de dos semanas al Congreso a brindar su primer informe de gestión.
Desde el lado de Posse, sin embargo, el mensaje de despedida fue mucho más crudo. "Motivó esta decisión la diferencia de criterios y expectativas en la marcha del Gobierno y las tareas encomendadas", dice el texto de prensa de la Jefatura de Gabinete. Y aclara que seguirá "acompañando", pero "desde un nuevo rol que será dado a conocer en los próximos días". Cierra con un mensaje irónico que parece apuntar a Manuel Adorni y su jefa, Karina Milei: "Fin", como termina todos los tuits el portavoz de la Presidencia.
Milei deja ir a uno de los más leales con los que llegó al Gobierno. La señal positiva que buscan transmitir desde la Rosada es que a la hora de buscar la mayor eficiencia, el Presidente no duda en echar a los funcionarios de más confianza. La señal negativa, sin embargo, es que la mesa donde se toman las decisiones en el Gobierno se achica cada vez más, algo que reduce la capacidad de escucha de voces disímiles. La presencia de Francos como jefe de Gabinete será determinante para ver si la idea del consenso que destaca el comunicado oficial abarca a todo el Poder Ejecutivo o solo es una máscara para seguir yendo al choque.
MDZ