El papa Francisco ya descansa en Santa María la Mayor: la emotiva despedida
El papa Francisco, el primer pontífice argentino de la historia, fue despedido por más de 200.000 personas en una emotiva ceremonia que culminó en la Basílica de Santa María la Mayor. Líderes mundiales y fieles de todo el planeta acompañaron su último viaje por Roma.
Este sábado, el mundo despidió al papa Francisco, el primer pontífice argentino y latinoamericano de la historia, en una ceremonia que reunió a más de 200.000 personas en el corazón de Roma. El funeral comenzó en la Plaza San Pedro y concluyó con su sepultura en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo su deseo de un adiós sencillo y cercano al pueblo.
Apenas unos días atrás, Francisco había celebrado su última misa de Pascua. Su despedida, marcada por el respeto y la emoción, se convirtió también en un encuentro de alto nivel político: entre los asistentes estuvieron líderes como Donald Trump, Volodímir Zelenski, Emmanuel Macron, los reyes de España, Javier Milei y varios mandatarios latinoamericanos como Lula da Silva y Daniel Noboa.
Durante la misa, el cardenal Giovanni Battista Re recordó el legado de Francisco como guía de una Iglesia que él definió como un "hospital de campaña", siempre junto a los más débiles. "A la cultura del descarte, él oponía la cultura de la fraternidad y la misericordia", subrayó el cardenal ante una multitud que, entre lágrimas, aplaudió cada evocación del pontífice.
Finalizada la misa, el cortejo fúnebre recorrió las calles de Roma. El ataúd fue trasladado en el papamóvil, permitiendo a los fieles despedirse durante el trayecto hasta la Basílica de Santa María la Mayor. Allí, tras el canto de salmos y la lectura de intercesiones, se procedió a la inhumación en una nave lateral, bajo una losa de mármol de Liguria, tierra de los ancestros italianos de Jorge Bergoglio.
Sobre el féretro quedaron estampados los sellos oficiales del Vaticano y, como marca indeleble, el recuerdo de un pontífice que llevó la Iglesia "a las calles", acercándola a los marginados, los refugiados y a todos los pueblos del mundo.
El funeral del papa Francisco fue más que un adiós: fue una representación viva de su legado universal, acompañado por fieles y dignatarios de más de 160 países, pero también por aquellos "últimos" a quienes tanto defendió. Bajo el mármol de Roma, descansa ahora el papa que vino del fin del mundo para sembrar fraternidad. (Fuente: El Diario Nuevo Día)