Política Nacional

El Gobierno quiere sumar al sindicalismo al Consejo de Mayo, pero los más ultras se resisten

La reunión está prevista para el martes a las 13 en al sede de la Secretaría de Trabajo. En línea con el sector más crítico Moyano no va.

Redacción Nuevo Día
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El Gobierno quiere relanzar su relación con la Confederación General del Trabajo (CGT) después de la firma del DNU 70/23 y de la reforma laboral que se sancionó en la Ley Bases. Para eso convocó al triunviro que la conduce y a la mesa chica de la central obrera. El encuentro está pautado para las 13 en la Secretaría de Trabajo.

El anfitrión será Julio Cordero, secretario de Trabajo, y se espera que sólo asista un parte de la CGT. Los que tienen previsto ir son dos de los tres cosecretarios, Héctor Daer y Carlos Acuña. Mientras que el sector que encabeza Pablo Moyano, se niega a participar de espacios en conjunto con el Gobierno nacional, en línea con lo que hizo el gobernador bonaerense Axel Kicillof con el Pacto de Mayo.

Esta división no puede interpretarse sin comprender la crítica fractura que atraviesa el movimiento gremial argentino, que se agravó desde que asumió Javier Milei. La disyuntiva entre acompañar a un Gobierno débil que recién comienza y la de plantarse en la vereda de enfrente, como opositor, despierta desconfianzas dentro de la propia central obrera.

Esto hace que la relación entre Moyano con el resto de los triunviros es cada vez más complejo, ya que tanto Daer como Acuña tienen diálogo con el Gobierno y negocian para llegar acuerdos. Eso por eso que en el entorno de Moyano sostienen que "se mueren de ganas de tener la foto también con este Gobierno, como lo hicieron Carlos Menem y con Mauricio Macri".

"Es difícil de convencerlo de que vaya. Él está metido a fondo en su postura de rechazar la política del Gobierno y desde su lugar da la pelea", indicó en diálogo con MDZ uno de los hombres que los acompaña cada día. El que Moyano que no tiene problema en acercarse al Gobierno es Hugo, su padre.

En abril fue a la Casa Rosada con Daer, Jorge Sola (Seguros), Gerardo Martínez (Uocra), José Luis Lingeri, entre otros y se reunió con Guillermo Francos, entonces ministro de Interior. A partir de ahí varios señalaron al exlíder del MTA como uno de los que acordó con el Gobierno nacional la reforma laboral que defendió Miguel Pichetto y se aprobó en Diputados. Allí no se tocaban los bloqueos a empresas ni las cuotas solidarios, una de las cajas más grandes que tienen los grandes sindicatos en Argentina.

Su hijo, Pablo, se escuda con un grupo de dirigentes cercanos a Cristina Kirchner y Axel Kicillof para no sentarse con el Gobierno. Lo acompañan en esa aventura gremialistas como Mario "Paco" Manrique (Smata), Abel Furlán (UOM), Sergio Palazzo (Bancario), Omar Plaini (Canillitas), entre otros.

El próximo 25 de julio el consejo directivo de la CGT, donde se encuentran cara a cara los distintos sectores de la central obrera, tiene previsto reunirse para analizar el estado de situación laboral y económica, y definir una eventual medida de fuerza. Con esta información, el Gobierno buscó anticiparse a cualquier decisión y convocarlos "al diálogo con agenda abierta" con el secretario de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello.

Desde esta cartera indicaron que el encuentro "apuntará a robustecer las relaciones y el diálogo tripartito entre el sector gremial, empresario y gubernamental". "La agenda de Diálogo Social incluirá también otro encuentro con representantes del sector empleador cuya fecha será anunciada próximamente", señalaron fuentes cercanas a Pettovello.

Es encuentro se da en un contexto donde el desempleo llegó al 7,7% en el primer trimestre del año, frente a un nivel de 5,7% en el trimestre previo y de un 6,9% en igual período del año pasado, según el Indec. Además, saben que los salarios registrados en el último año perdieron alrededor de un 25% y un 17% desde que asumió Javier Milei.

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