Política Nacional

El Congreso cierra sus puertas y el pronóstico 2025 aparece condicionado por un factor clave

El Gobierno mandó a febrero las extraordinarias, pero pocos creen que eso se concrete. Detrás de un 2025 que se perfila de poca actividad legislativa se esconde un escenario electoral en construcción.

Redacción Nuevo Día
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Sin Presupuesto 2025 ni Ficha Limpia. Sin eliminación de las PASO ni privatización de Aerolíneas Argentinas. Sin baja de la edad de imputabilidad ni designación de jueces de la Corte Suprema. El Congreso ya cerró sus puertas y no habrá sesiones extraordinarias en lo que queda de 2024. Pero la historia no termina allí: el pronóstico de cara a 2025 anticipa mayor sequía legislativa.

"Chau, hasta el año que viene", anticipaban desde un despacho de la Casa Rosada donde confirmaron que pese al anuncio en el sentido contrario del vocero presidencial, Manuel Adorni, no iba a haber convocatoria a sesiones extraordinarias. "No vimos voluntad de negociación", decían. Y admitían: "Veremos en febrero".

El problema es que en todos los temas en debate reina el ruido, la falta de coincidencias y las desconfianzas. Por eso, la lógica de esperar hasta febrero es puesta en duda porque nada se espera que cambie entre diciembre y febrero.

Lo único que puede llegar a generar una diferencia es la consolidación o no del fenómeno político de Javier Milei, sobre todo ante un fin de año y un verano que puede profundizar la buena imagen que están mostrando las encuestas o por el contrario, elevar los niveles de descontento.

Todos los años electorales el Congreso funciona a media máquina, pero este año se espera que el proceso se profundice, no solamente por tratarse de un año electoral, sino por la crisis que viven todos los espacios políticos, donde van a estar más atentos a ver cómo cierran sus acuerdos políticos a lo que pasa con el fondo de las cuestiones a debatirse.

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