Sociedad

Crece el endeudamiento en la clase media y el consumo sigue en caída libre

Cada vez más ciudadanos caen bajo el umbral de pobreza. La clase media pelea para llegar a fin de mes y a Milei le urge que los buenos índices macro lleguen al bolsillo de los ciudadanos.

Inflación, dólar, superávit fiscal. Empiezan a aparecer signos positivos en la macro, pero el Gobierno no lo logra que estos buenos índices lleguen a la gente. Es decir, esta mejora aún no se traduce en el día a día del consumidor, y como consecuencia directa, crece el endeudamiento del argentino de a pie.

En plena economía de guerra, se asienta la tendencia de la clase media a echar mano a sus ahorros para hacer frente a los gastos del presupuesto cotidiano. Las familias salieron a vender joyas de oro, sacar los dólares de abajo del colchón y cambiarlos por pesos, y empeñar cualquier artículo de valor personal para tener liquidez y satisfacer sus necesidades básicas.

Ahora bien, con el pasar de los meses, el fenómeno de los bolsillos flacos se acentúa, el poder adquisitivo no se recompone y se van agotando los recursos a los que recurrir. Entonces, crece el endeudamiento.

Miguel Calvete, vicepresidente de la Confederación de Comercios y Servicios de la República Argentina, y titular del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), indicó que lo que están observado es "morosidad, sobre todo, en los sectores medios". Y enumeró que se ve mucho -el endeudamiento- en el pago de los seguros y patentes de vehículos, las expensas, en menor medida en las tarjetas de crédito.

Según un estudio de la consultora Moiguer -especializada en consumo-el 56% de los encuestados debió utilizar ahorros: específicamente, el 20% comenzó a hacerlo este mes, mientras que el 36% ya lo considera que lo hace desde meses anteriores. En tanto, el 55% declaró que tiene deudas, lo que representa un incremento interanual de 10 puntos porcentuales.

La situación no pinta bien. El 72% de los argentinos considera que los ingresos de su hogar están por debajo de lo que necesita parta vivir, y el 39% sumó horas de trabajo en su actual empleo o en uno nuevo, o incluso comenzó un negocio o actividad propia para generar ingresos adicionales. Esta última cifra se eleva al 49% en el caso de la clase baja.

El consumo sigue en picada

La caída del consumo en supermercados y autoservicios se desaceleró en mayo, pero no logró quebrar la barrera de los dos dígitos, retrocediendo al 10% interanual, frente al 13,8% registrado en abril, de acuerdo al relevamiento elaborado por la consultora Scentia.

La disminución en el quinto mes del año fue del 10,5% en las cadenas de supermercados y de 9,5% en los autoservicios. De esta manera, la contracción general acumulada en los primeros cinco meses del año ronda el 8%.

En este sentido, Osvaldo Del Rio, director de Scentia, consultora especializada en consumo, analizó en diálogo con MDZ: "Los pronósticos que usamos se elaboran con información nuestra, que compartimos a consultoras en economía que corren sus modelos matemáticos y se van rehaciendo en la medida que avanzan los meses. En este sentido, la caída de consumo para el 2024 oscila entre el 7% y el 9%".

Y ahondó: "El mes pasado cayó 13,8% y este mes cayó 10%. Es una desaceleración, pro igual sigue siendo altísima. Sin embargo, posiblemente empiece a desacelerar un poco, pero no va a ser positivo. Entonces, ahí es donde terminaríamos pensando en un año negativo. Este es un hecho, pero esperamos que sea menos de 7% negativo".

Cambios de hábitos en el consumo

Según el reciente relevamiento de mayo, la categoría más afectada por el nuevo derrumbe en el consumo es la de alimentos perecederos, que tuvo una merma del 20,5% interanual. De cerca le siguieron las bebidas, que tuvieron un retroceso del 19,1% interanual en su variante con alcohol, mientras que las sin alcohol se derrumbaron 18,3%.

Estas cifras no solo reflejan que los bolsillos están flacos, sino también un cambio de hábitos. Las segundas y terceras marcas ganan espacio. Lo que también sucede es que se postergan consumos más premium por otros más básicos. Entonces, empezamos a notar crecimientos de productos como harina, levadura, leche en polvo, pastas, la caballa en lugar del atún, las conservas de tomate. Todos productos que son de primera necesidad, en algunos casos, incluso, hasta están positivos, El resto permanece en niveles de consumo negativos.

Calvete agregó que "la gente se cuida de gastar, por lo que, la compra es mucho más racional". Lo que se está dando mucho en las zonas urbanas del conurbano bonaerense, Gran Rosario, Gran Tucumán y en el interior, justamente es el tema de la venta fraccionada. Si bien este fenómeno ya se venía dando en lo referente a productos de limpieza, ahora se agregaron productos secos de almacén no perecederos.

En cuanto a la cobertura médica, también hubo mucha migración a la salud pública o a prepagas más económicas. En el caso de los seguros de autos, hubo un aumento muy fuerte en la ampliación de franquicias.

Los "gustitos" quedaron casi desterrados. De hecho, lo primero que los argentinos cortaron fueron las salidas, actividades de entretenimiento y plataformas de streaming.

Calvete detalló a MDZ que los cambios de hábitos se dan más que nada en los sectores medios. Y al ser consultado por el segmento más vulnerable de la población y los jubilados, respondió: "Con el Observatorio de la UCA lo venimos siguiendo, y efectivamente, en la medición de los comedores populares, de los hogares y demás, hay mayor cantidad, sobre todo gente de clase media que fue desplazada y recurre a ese tipo de ayuda".

¿Un año perdido?

A pesar del descenso de la inflación en los últimos meses, el consumo no se recupera por la pérdida de poder adquisitivo, vinculada al terreno perdido por los salarios, que aún con los distintos acuerdos paritarios no han alcanzado a recomponerse.

En este orden, Scentia afirmó: "La inflación empieza a ceder. Es cierto que los ingresos van a tardar en recuperarse, y por eso, este año va a ser negativo, porque la relación, capacidad de compra y consumo son directamente proporcionales. Es decir, en la medida que los ingresos pierden, el consumo se retrae".

"Por más que los ingresos se empiecen a recuperar, tienen que recuperar lo que perdieron el año pasado y lo que va de este año. Se estima que solo entre diciembre y abril, hubo la pérdida de poder adquisitivo fue del 24%. La recuperación en el consumo no va a ser algo rápido ni va a ser homogénea. Va a ser heterogénea y dependiendo de cada sector, todos los sectores no van a responder en la misma velocidad. Por lo tanto, este va a ser un proceso de reacomodamiento que va a tomar un tiempo", cerró el especialista.

En esta misma línea, se expresó el presidente de INDECOM: "Durante la primera mitad del año, el Gobierno básicamente se dedicó a superar el déficit, y en la segunda mitad del año, que es cuando se gasta realmente, se verá le desarrollo del Estado. Sin lugar a dudas, tiene que recomponer las jubilaciones, salarios. Lo próximos tres meses van a ser cruciales en esto".

Y analizó que otro gran capítulo que enfrenta el presidente Javier Milei es el tema inflación. "Lo que no se trasladó a precios antes, se va a trasladar en junio con el aumento de tarifas, y a partir de ahí, veremos realmente la sustentabilidad, el dólar".

El economista Calvete proyectó que la inflación va a tener un pequeño rebote este mes, que rondará el 4,5%, para luego estabilizarse hasta fin de año en torno al 3,8% mensual.

Sin embargo, nuevamente, y en lo que coinciden especialistas y consultoras, es que una desaceleración de precios no implica una reactivación inmediata del aparato productivo ni del consumo. Es decir, la recesión está casi confirmada para este año y la actividad económica probablemente tome forma de L. Recién durante el primer trimestre del 2025 -año electoral- se va a ir dando un pequeño rebote, muy gradual.

En conclusión, a los ciudadanos les empieza a quedar cada vez menos resto y crece el malestar social, ya que no pueden esperar a que el plan económico de Milei comience a dar resultados positivos. Si bien el mandatario mantiene el apoyo de la sociedad -apenas superando el 50%-, sigue la carrera contrarreloj para intentar darle algún alivio a la billetera de los argentinos.


mdz

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