Baja de tasas: estrategia del Banco Central ante la demora en suba de tarifas
La reducción de tasas del Banco Central de Argentina, de 60% a 50% nominal anual, busca contrarrestar la posible baja del índice de inflación ante la suspensión de aumentos en tarifas de servicios públicos. Sin embargo, esta medida conlleva implicaciones fiscales para el Tesoro.
La decisión del Banco Central de Argentina de reducir las tasas de interés, de 60% a 50% nominal anual, refleja una estrategia anticipada ante una posible disminución en el índice de inflación. Esta medida surge en un contexto en el que se ha confirmado una pausa en el aumento de tarifas de gas y electricidad para el mes de mayo, lo que podría mantener el índice de precios al consumidor (IPC) en niveles más bajos.
La baja de tasas, aunque busca mantener rendimientos negativos para las colocaciones en pesos, también implica un mayor costo fiscal para el Tesoro Nacional. Esto se debe a que, al postergarse la suba de tarifas, el Gobierno deberá hacerse cargo de un mayor pago de subsidios para compensar el menor impacto de los servicios en el IPC.
La estrategia del Banco Central apunta a continuar con la licuación de pesos para "limpiar" su balance, manteniendo así la vigencia de los rendimientos negativos. Esta reducción de tasas, la segunda en menos de 15 días, se fundamenta en la certeza de que no serán los precios regulados los que presionen al alza el IPC en el próximo período.
Sin embargo, esta estrategia también conlleva riesgos fiscales, según advierte un informe reciente de Consultatio. La dependencia de la licuación de pesos podría amenazar el ancla fiscal, ya que una disminución en la inflación reduciría el margen para bajar la tasa de interés. Paradójicamente, forzar una baja más rápida de la inflación y de la tasa de interés para sostener la licuación tendría un costo fiscal indirecto.
Desde el equipo económico, se destaca el aspecto positivo de la medida, que reduce el exceso monetario y canaliza pesos hacia la compra de deuda en dólares, dado el superávit fiscal que exhiben las cuentas públicas. Además, se señala que la baja de la tasa nominal es más lenta que el desplome de las expectativas de inflación, lo que implica una mayor tasa real.
En resumen, la reducción de tasas del Banco Central refleja una estrategia anticipada para contrarrestar la posible baja del índice de inflación, aunque conlleva implicaciones fiscales para el Tesoro Nacional en términos de mayores subsidios y menor margen para bajar la tasa de interés en el futuro.