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A 65 años del Fiat 600: el modelo que motorizó a una generación

Este 8 de abril se cumplieron 65 años de la producción nacional del primer Fiat 600, el modelo que motorizó a miles de familias argentinas desde 1960. Fabricado por más de dos décadas en el país, se produjeron casi 300 mil unidades y se transformó en un ícono de la industria automotriz y la movilidad social.

Redacción Nuevo Día
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Un 8 de abril de 1960 salía de la planta de Caseros, en Buenos Aires, el primer Fiat 600 producido en Argentina. Era gris claro y marcaba el inicio de una historia que perdura hasta hoy. Este vehículo no solo puso a miles de argentinos al volante por primera vez, sino que también cimentó el rol industrial de Fiat en el país y dejó una marca imborrable en la cultura popular.

La historia comenzó a gestarse unos años antes, cuando el gobierno argentino aprobó un régimen de incentivo para la industria automotriz. Fiat, que ya tenía presencia en Córdoba con fábricas de motores diésel, maquinaria agrícola y ferroviaria, presentó su proyecto para fabricar autos y eligió al modelo 600 como su carta de presentación. Con una producción inicial de 2.900 unidades en 1960, el plan preveía llegar a 7.500 anuales para 1964 y con un 90% de piezas nacionales.

El Fiat 600 había debutado en el Salón del Automóvil de Ginebra en 1955. Compacto, con motor trasero y diseño de Dante Giacosa, su eficiencia y bajo consumo lo volvieron ideal para un país que buscaba modernizarse. En Argentina, fue simplemente "el 600" al principio, hasta que con el correr de los años se desarrollaron versiones con componentes y carrocería completamente nacionales.

Durante los años 60 y 70, la producción creció a la par de la demanda. En 1967 lideró el mercado con más de 17 mil unidades vendidas, y en 1976 superó las 250 mil. Las versiones "R" y "S" marcaron una evolución estética y mecánica, adaptándose a los nuevos tiempos. En 1982, bajo la gestión de SEVEL y con los últimos retoques, se cerró la producción con un total de 294.197 unidades.

Más allá de los números, el Fiat 600 simbolizó el acceso al auto propio para las clases trabajadoras y medias. Fue sinónimo de progreso, de viajes familiares, de aprendizaje al volante. Hoy, su imagen sigue viva en clubes de fanáticos, restauradores y hasta un museo que recientemente abrió sus puertas para rendirle homenaje.

El Fiat 600 es mucho más que un auto. Es parte de nuestra historia industrial, social y cultural. Su legado, a 65 años de aquel primer encendido, sigue firme en el corazón de generaciones que lo recuerdan con afecto.

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