"Un viaje de transformación": Alex Patzold y su familia en el Camino de Santiago
Alex Patzold, escritor, viajero y explorador de raíces austriacas, comparte su fascinante historia de vida y aventura junto a su esposa Sole Simón y su hijo Teo, en el marco de una travesía única: el Camino de Santiago. Entre reflexiones sobre sus experiencias en el emblemático recorrido, en Rock and Frío de Radio Nuevo Día, narró los desafíos y las lecciones aprendidas al abrazar un estilo de vida nómada y resiliente.
*POR Javier Seveso (Rock and Frío, de Radio Nuevo Día)
Produccion : Pablo Mouesca
Alex Patzold, de ascendencia austriaca, llegó a Europa junto a su familia hace cinco años, motivado por la necesidad de un cambio tras perder su empleo en Argentina. A pesar de una destacada carrera, decidió dejarlo todo atrás para "probar con otro pasaporte". "Cuando llegamos a Europa, empezamos desde cero. No es fácil comenzar de nuevo, pero es una oportunidad única para reinventarte", expresó.
Alex recuerda cómo su familia paterna migró a Argentina en los años 50, huyendo de la hambruna que azotaba a Viena tras la Segunda Guerra Mundial. Con ese mismo espíritu, él decidió emprender junto a su esposa y su hijo una vida de aventuras, dejando atrás el confort de lo conocido.
El primer Camino de Santiago: una apuesta por la familia
En 2018, la familia Patzold comenzó su primera experiencia en el Camino de Santiago, partiendo desde la pequeña localidad francesa de Saint-Jean-Pied-de-Port. "Nos lanzamos con apenas 1.200 euros para los tres, sin tarjetas ni más apoyo que nuestra determinación", recordó Alex. En este primer trayecto, caminó con su hijo Teo, de tan solo dos años, cargado en una mochila especial.
El viaje fue transformador. "Descubrimos solidaridad entre los peregrinos, una conexión única con el otro, algo difícil de encontrar en el mundo moderno. Caminando, aprendimos a vivir el presente, a valorar lo esencial", comentó. Su experiencia inspiró su primer libro, *Mi pequeño peregrino*, que relata las vivencias de ese recorrido y ha sido traducido a seis idiomas.
Exploraciones posteriores: caminos en bicicleta y más allá
Con el tiempo, la familia decidió continuar explorando. Su segundo camino los llevó a recorrer Austria de este a oeste, siguiendo la ruta de Jakobsweg (el Camino de Santiago austríaco), en honor al padre de Alex. "Mi papá nunca pudo volver a Austria tras emigrar a Argentina, y yo quise cerrar ese ciclo. Fue una experiencia profundamente emotiva", recordó.
En 2023, la familia emprendió una nueva aventura en bicicleta. Durante cuatro meses, viajaron desde Francia hasta Santiago de Compostela. "Pedaleamos desde el 15 de agosto hasta el 8 de diciembre, fechas simbólicas vinculadas a la Virgen María. Fue una travesía intensa, donde enfrentamos no solo retos físicos, sino también la rigurosidad administrativa, como gestionar la educación a distancia de nuestro hijo", detalló Alex.
Educación en el camino
El desafío de combinar viajes con la educación de su hijo no ha sido menor. Vivir en Austria significó cumplir con estrictos requisitos legales para implementar el sistema de "escuela en casa" (Haus unterricht). "Tuvimos que presentar un plan pedagógico en alemán, explicando cómo íbamos a cubrir cada materia. Solo después de varias semanas logramos la autorización oficial", explicó Alex.
A pesar de las dificultades, Alex considera que este modelo ha enriquecido a Teo, quien ha tenido la oportunidad de aprender de manera práctica y directa en cada experiencia. "Es un aprendizaje que trasciende los libros, donde las interacciones con otros peregrinos y los entornos culturales han sido clave", dijo.
Impacto y reflexiones
La historia de los Patzold ha resonado entre quienes los han conocido en el Camino. "La gente valoró el esfuerzo de una familia viajando con un niño pequeño. Nos animaron a escribir nuestras experiencias, lo que dio origen al libro", relató. Para Alex y Sole, viajar no solo es una forma de vida, sino también un acto de resistencia frente a un mundo cada vez más digital y desconectado emocionalmente.
Alex trabaja actualmente en el museo 007 Elements, el más alto de Austria, ubicado a 3.100 metros de altura en Sölden, donde combina sus habilidades lingüísticas y su pasión por la aventura. Sin embargo, cada cierto tiempo, la familia pausa su rutina para emprender un nuevo viaje. "Ahorramos para honrar la vida y divertirnos desde otro lugar", concluyó.
El futuro: más caminos por recorrer
El sueño de Alex y su familia continúa evolucionando. "Queremos seguir explorando, aprendiendo y compartiendo nuestras experiencias", expresó. Sus libros, proyectos y vivencias son una inspiración para quienes buscan reconectarse con la esencia de la vida, caminando, pedaleando y, sobre todo, soñando.
Si deseas conocer más sobre sus travesías, su libro *Mi pequeño peregrino* está disponible en formato digital y físico a través de Amazon.
(El Diario Nuevo Día)