Un adolescente de 15 años con tuberculosis y desnutrición severa fue hospitalizado en estado crítico
La pregunta en Piedra Buena es: ¿cómo es posible que nadie se haya dado cuenta que un adolescente de 15 años llegue a pesar 30 kilos? El chico, quien vivía desde hace tiempo en un hogar de niños dependiente del municipio de esa localidad, fue ingresado el jueves por la noche al Hospital Regional en Río Gallegos, donde, además de un cuadro alarmante de desnutrición, se le diagnosticó tuberculosis.
Este caso gravísimo ocurre en la localidad de Comandante Luis Piedra Buena, y salió a la luz gracias a la denuncia penal interpuesta por una trabajadora del área de Desarrollo, quien acusó a las autoridades de abandono de persona.
El adolescente estaba bajo la tutela del municipio debido a una medida excepcional que obligaba al estado municipal a garantizar su bienestar y cubrir todas sus necesidades básicas.
Sin embargo, la realidad parece haber sido otra, ya que la asistencia llegó sólo cuando su salud estaba al borde del colapso.
La noche de su traslado, dos operadoras municipales llevaron al jovencito desde Comandante Luis Piedra Buena hasta el hospital de Río Gallegos, donde permanece en estado reservado.
A pesar de la gravedad del caso, ninguna autoridad de Piedra Buena acompañó el traslado, ni siquiera la persona a cargo del área responsable del hogar.
Recién en el hospital provincial se detectó la desnutrición extrema: el adolescente pesaba poco más de 30 kilos, una cifra alarmante para su edad y que encendió las alarmas sobre las condiciones en las que estaba viviendo.
¿Quién controla?
El estado en que se encontraba este joven plantea serias dudas sobre la supervisión y el control del hogar municipal, así como de los mecanismos que deberían garantizar el bienestar de los niños y adolescentes que residen en estas instituciones. ¿Cómo puede un adolescente bajo protección estatal llegar a una situación tan extrema sin que nadie en el colegio, en el municipio o en el hogar note señales de alerta?
Este hecho expone una falla estructural en la protección de los derechos de los niños y adolescentes en la localidad y enciende la alarma sobre la falta de controles y seguimiento de los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad.
Las responsabilidades son claras y compartidas: el municipio de Piedra Buena, el sistema de salud, el sistema de Educación, todos deben rendir cuentas sobre cómo permitieron que un niño llegara a esta condición límite.