PANORAMA COMPLICADO

Santa Cruz: un asado para 10 ya supera los 100 mil pesos

A pesar de la merma en la inflación mensual, el costo de la carne sigue siendo altísimo en Santa Cruz y son cada vez menos los que pueden comerse un buen asado en familia o con amigos. Los gatos para la carne, el carbón, las ensaladas y la bebida complican la iniciativa.

Redacción Nuevo Día
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El 80% de los argentinos decidió recortar en asados ante las dificultades para llegar a fin de mes, en medio de una carrera desigual entre los ingresos y el avance de los precios.

La cifra dolorosa para el paladar y las costumbres de las familias locales surge de un relevamiento habitual de Moiguer Consultora, y más precisamente su informe Mood Social realizado en base a un estudio cuantitativo de población general total argentina 16 a 75 años, sobre 1.300 casos mensuales y llevado adelante durante los meses de julio y agosto 2024.

El estudio encontró que la caída del poder adquisitivo marca la agenda de las familias locales y, en base a ello, los encuestados admitieron haber tenido que hacer cambios de relevancia a sus consumos.

En Santa Cruz, los costos de la carne no pararon de subir durante los últimos meses y un asado para 10 personas supera los 100 mil pesos en la suma de todo lo necesario para sentarse a comer en familia o con amigos.

Un relevamiento de Nuevo Día indica que el precio del vacío ronda entre los 11.500 y los 13 mil pesos el kilo, mientras que un corte alternativo como la colita de cuadril supera los 9 mil o 10 mil pesos el kilo.

En tanto, el kilo de chorizo criollo ronda entre los 5.500 y 6.5000 pesos y 10 mil para el fox.

Si a esto le sumamos el precio del carbón, la leña, las ensaladas, papas y bebidas necesarias para cualquier reunión de las tradicionales en argentina, entonces ya se superan largamente los 100 mil pesos para sentarse a comer un asado.

MÁS DETALLES

El estudio realizado  a nivel nacional trata de poner el foco en qué gastos están relegando las familias a la hora de tratar de reducir los costos y así estirar la duración de los ingresos.

Y allí, la reducción de los tradicionales asados aparece como uno de los recortes más dolorosos. De los que decidieron recortar el ritual del asado, el 43% redujo la frecuencia y el 37% directamente decidió no gastar más en esos encuentros.

Pero más allá de que sea uno de los gastos más reducidos, no es el que más sufrió. Según los datos relevados por Moguier, el consumo que más fuertemente regularon los encuestados fue el de taxi, uber o remis. El 51% de los encuestados eliminó el recurso a ese tipo de servicios mientras que el 40% tuvo que disminuirlo.

También las golosinas y chocolates están entre los consumos más recortados, con el 86% de los encuestados asegurando que tuvieron que reducir las compras en ese rubro. Las salidas con familiares o amigos fueron recortadas por el 85% de los encuestados.

Como suele ser habitual los consumos más inelásticos y básicos son los que menos recortes sufren, aunque aún así los sufren. Al mirar al ranking al revés, el 41% de los encuestados dijo haber tenido que reducir los gastos en el colegio de los hijos. Es el rubro que las familias dejaron para lo último pero, así y todo, cuatro de cada 10 hicieron recortes. Medicamentos, internet y transporte público, mientras tanto, también sufrieron recortes aunque no se destacan en las primeras posiciones.

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