RECLAMO

Santa Cruz: ganaderos chilenos denunciaron contrabando en el sur de la provincia, y que es un "colador"

Ganaderos de Chile dijeron que cortan el doble alambrado del límite y en sus campos ven huellas de vehículos y vestigios de productos comestibles.

Redacción Nuevo Día
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Ganaderos chilenos de la zona de Dúngeness, en la frontera del extremo sur de Santa Cruz, por estos días vuelven a manifestar su preocupación ante distintos indicios que dan cuenta de una creciente actividad de contrabando en sus campos.

Denuncian que los cortes en el doble alambrado a un lado y otro del límite entre la región de Magallanes y la patagonia argentina se han vuelto cada vez más frecuentes.

"Se han acentuado desde 2022 a la fecha", señaló Claudio Oyarzo, de una estancia de la zona.

De acuerdo con el testimonio del ganadero, los últimos cortes en los tejidos de alambre fueron detectados a fines de agosto, cuando desconocidos los dañaron en dos puntos diferentes, separados entre sí por entre uno y dos kilómetros.

En esa ocasión, además, encontraron huellas de un vehículo pesado en los alrededores del doble alambrado.

Aunque no se pudo determinar si el vehículo ingresó de Argentina a Chile o circuló en sentido contrario, para el hombre está claro que de esa manera burló los controles atravesando su propiedad, lo que refleja la debilidad en la seguridad fronteriza.

Manifestó que en ocasiones anteriores encontró tirados dentro de su estancia vestigios de carne envasada, embutidos y otros productos que presuntamente atraviesan ilegalmente la frontera.

En los últimos días de agosto detectaron dos cortes de alambrados, separados entre sí por entre uno o dos kilómetros.

Además de ese tipo de elementos, la zona parece débil para controlar también el tráfico de otras mercancías, como drogas, cigarrillos y ropa falsificada.

Incluso, del lado chileno están convencidos de que hace algunos años, cuando robaron varios vehículos en Zona Franca, después fueron vistos en territorio argentino.

Poco control en la frontera sur de Santa Cruz

En ese sector del límite entre los dos países, dos caminos de ripio corren en forma paralela a uno y otro lado de la frontera, y a escasos metros de los alambrados que separan Santa Cruz y la región de Magallanes.

Se trata de una frontera extensa y desolada, en la que los ganaderos chilenos no advierten controles eficientes en su país. Tampoco del lado argentino, que además suma que en algunos sectores directamente no hay alambrado que separe la ruta provincial 1 de la frontera y ese obstáculo solo existe del lado chileno.

El camino, de 112 kilómetros de extensión y completamente de ripio, se inicia en la histórica Reserva Natural Cabo Vírgenes, donde funciona el faro argentino del mismo nombre, y llega hasta la estancia chilena Las Barrancas, que pertenece a la Sociedad Agrícola y Ganadera Los Pozos.

Del lado chileno, la ruta Y-545 conduce al campamento de Posesión, Enap, y al Faro Dúngeness, que suele recibir a turistas que quieren conocer ese lugar apartado en el fin del mundo.

Los ganaderos saben que cualquier vehículo sospechoso que entre o salga de territorio chileno o argentino burlando los controles migratorios, invariablemente tendrá que pasar por el Retén Fronterizo de Carabineros Cañadón Grande, unos 195 kilómetros al norte de Punta Arenas, y sobre ese mismo camino. Sin embargo, no da garantías.

"Prácticamente no hay control", comentan del lado chileno. Y agregan que años atrás una barrera obligaba a los conductores a detenerse frente al destacamento, en un mecanismo de vigilancia que ahora se ha perdido.

Un caso que quedó en la memoria

Un caso emblemático de contrabando ocurrió en octubre de 2017, cuando personal de Carabineros de Punta Dúngeness detuvo a cuatro personas que recogían cajas con más de 12 mil atados de cigarrillos, valuados en 25 millones de pesos.

Estas cajas habían sido abandonadas al lado del alambrado fronterizo. Tras una persecución, las autoridades lograron detener a los contrabandistas. Los ganaderos chilenos dicen que ese tipo de incidentes se repiten de manera intermitente.

También afirman que pese a los reiterados reportes que realizan, hasta el momento no recibieron respuestas concretas. "Si bien encontramos alambres cortados y huellas de vehículos, nunca pudieron dar con los autores. Generalmente, estos ingresos clandestinos ocurren en esta época del año, cuando mejora el tiempo", explica Oterza.

Asimismo, señaló que en varias ocasiones ha tenido que arrear hacia Argentina a los animales que cruzan la frontera debido a los cortes en el alambrado. "A nosotros esta situación nos genera un tremendo problema", concluyó.(Del Lago Noticias)

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