Península Valdés, tensiones en el paraíso
La periodista y escritora, Lucía Salinas, especializada en investigaciones y temas judiciales, presentará en la feria del libro de la provincia de Santa Cruz, su última obra publicada por la editorial Remitente Patagonia Península Valdés, tensiones en el paraíso.
Declarado de interés provincial por la Legislatura de Chubut, el Libro aborda las problemáticas y tensiones actuales que exponen los principales actores que desarrollan diverso tipo de actividades en Península Valdés y los desafíos por delante.
"Dar cuenta de una realidad que, en un comienzo, me era ajena es de una inmensa responsabilidad. Este libro busca amplificar las voces de todos los que quisieron contar su historia y sin ningún tipo de temor, relatar las problemáticas actuales de un lugar tan asombroso que posee la provincia de Chubut", sostuvo la autora al ser consultada por su nuevo libro.
Desde pescadores artesanales, ganaderos, familias balleneras, guardafaunas, un amplio abanico de actores que intervienen en la Península, le van dando vida a este libro a través de sus voces, sus historias, sus problemáticas que interpelan a funcionarios provinciales, locales, que aportan su mirada sobre las problemáticas que este rincón de la Patagonia chubutense afronta.
"Es un momento bisagra, las decisiones que se tomen en este período tendrán consecuencias inmediatas en este paraíso en el que coexiste una fauna marina diversa, poderosa, con una peculiar biodiversidad, el libro viene a plantear interrogantes, a exponer discusiones que aún no han sido zanjadas", explicó Lucía Salinas.
Un libro con voces encontradas
Un paraíso natural. Un patrimonio de la humanidad. Un punto geográfico donde se desarrolla una biodiversidad única. ¿Cómo se co-gobierna una tierra tan peculiar? ¿Qué desafíos afronta un lugar donde confluyen el Estado nacional, provincial y la administración municipal, bajo el rol de veeduría de la UNESCO? La Península Valdés puede entenderse a través de la historia de sus personajes icónicos, fundadores. También por intermedio de quienes se arraigaron allí, cautivados por la belleza de esa parte de la Patagonia profunda. Se la puede interpretar, además, a través de las múltiples contradicciones que se desnudan en la medida en la que se avanza en cada charla, en cada kilómetro recorrido.
Adentrarse en la extensión de esta tierra, recorrer la Península, descubrir recónditos lugares de este sitio designado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su importancia como hábitat de varias especies de fauna marina, expone -en primer término- lo inhóspito de ese suelo. En él, sin embargo, se forjaron un sinfín de historias que otorgan identidad al lugar. Sus voces se entretejen incluso cuando se enfrentan en la defensa de sus intereses personales. Pero el arraigo que desarrollaron en esta zona de la estepa patagónica, los nuclea. Entre sus acantilados, los paisajes cargados de la quietud que la Patagonia proporciona, la cadencia de cada relato va construyendo el diverso tejido social. Hay un leitmotiv.
Interpretar este rincón de la provincia de Chubut no es una tarea sencilla. Como tampoco intentar dilucidar aquellos conflictos que persisten, cuya resolución se instala como un desafío para las autoridades que intervienen. En ese rompecabezas hay una pieza indiscutible: la sostenibilidad ambiental. Esto es la conservación de la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la Península Valdés, que es una preocupación latente entre los vecinos. ¿Cómo se ordena este lugar, quién dicta las reglas, cómo se ejerce el gobierno de una tierra tan particular? La respuesta puede variar, incluso, según el conflicto que se presente.
En este rincón de la Patagonia, coexisten diversos problemas políticos que pueden afectar el desarrollo y el bienestar de la comunidad. Las relaciones intergubernamentales también están signadas por los intereses cruzados. Es un lugar donde se involucran diferentes niveles de gobierno, como el gobierno local, provincial y nacional, que deben interactuar y coordinar las relaciones entre estos, los hacendados, los pescadores y los usuarios turísticos y organizaciones conservacionistas, lo cual pueden ser un desafío político, especialmente cuando se trata de la asignación de recursos, la toma de decisiones y la implementación de políticas públicas.
Este paraíso natural, a pesar de su valor ambiental, económico y social, enfrenta diversas cuestiones que complejizan su gestión y amenazan su conservación a largo plazo. Una vez más, los problemas políticos quedan sobre la superficie. Por un lado la falta de recursos financieros ya que la Administración Península Valdés no cuenta con los ingresos suficientes para llevar a cabo una gestión efectiva de la península. Esto se traduce en una escasez de personal, infraestructura inadecuada y dificultades para implementar programas de conservación y monitoreo. Los conflictos de intereses son un tema sobre el cual las autoridades provinciales están poniendo la lupa de forma particular.
Existen diversos actores con miradas contrapuestas en la península, que dificultan la toma de decisiones consensuadas y la implementación de políticas efectivas. El gran interrogante es si las instituciones responsables de la gestión de esta reserva natural, tendrán la capacidad técnica y los recursos para enfrentar los desafíos actuales. La falta de coordinación entre las diferentes jurisdicciones y la burocracia excesiva dificultan la toma de decisiones oportunas y la implementación de acciones efectivas. María Eugenia Vall, administradora de Península Valdés, sostiene que uno de los principales desafíos es "asegurar que las diferentes partes interesadas tengan un compromiso real y efectivo para trabajar en la conservación del área protegida.
En esta tierra prodigiosa por su naturaleza y sus paisajes, coexisten pescadores artesanales con una actividad ancestral que es la economía de un importante grupo de familias. Están aquellas familias icónicas que construyeron un vínculo con el mar que trasciende la explotación turística y se reconocen como protectores de las ballenas, en la Península también están los vigías del paraíso natural, los guardafauna y la titánica tarea ante la inmensidad del lugar, una tierra, además, que tiene sus dueños que con los alambrados explicitan dónde comienzan y dónde terminan sus propiedades. Todo ante los ojos de los vecinos de una pequeña localidad que padece la falta de infraestructura e inversión, pero que es una ventana al mundo.
Las historias que se cuentan en este libro muestran cómo, cada una de ellas, las voces protagonistas de las diversas actividades que se desarrollan en la Península Valdés, construyen la identidad de un lugar que afronta un desafío sumamente importante, para garantizar su desarrollo, su sostenibilidad: El cogobierno con reglas claras, acorde con los tiempos que corren. Patrimonio de la Humanidad, esta región se presenta como una esperanza para la preservación, cuenta con un ecosistema mucho más amplio que la terminología utilizada para describirlo. Un lugar de la Patagonia inmensa, profunda, que sigue invitando a su exploración, estudio y una mejor interpretación respecto a lo que ofrece la naturaleza en cada uno de sus rincones. Por eso, no sorprende cómo en cada diálogo sostenido, en cada historia contada, la pasión por este suelo sobresale, incluso, por encima de las contradicciones manifiestas.