"Me quiero viva, no muerta": el desesperado pedido de una vecina de Río Gallegos ante el incumplimiento de restricciones
Elizabeth Arroyo, vecina de Río Gallegos, denuncia hostigamiento constante por parte de su ex pareja, pese a múltiples denuncias y una orden de restricción que fue levantada por la Justicia. "No quiero ser una muerta más", declaró entre lágrimas en la redacción de El Diario Nuevo Día. Reclama protección efectiva y atención urgente del juez de la causa.
Elizabeth Arroyo de los Ángeles volvió a acercarse a la redacción de El Diario Nuevo Día para contar el calvario que vive desde hace años por el hostigamiento de su ex pareja. Aunque en diciembre logró que se le asignara un dispositivo de alerta, denunció que la Justicia decidió retirárselo a su agresor, dejándola nuevamente desprotegida.
"Me llamaron para avisarme que al señor le habían quitado el dispositivo por orden judicial y que yo tenía que entregar el mío", explicó Arroyo. A pesar de trabajar cuidando a un adulto mayor de noche, se presentó a hacer los trámites sin descanso, con temor y agotamiento. La madrugada anterior, se cruzó con su ex pareja en la vía pública. Él bajó la ventanilla del auto, la insultó y la amenazó: "Vos sabés lo que soy capaz de hacerte".
Con angustia relató que no es la primera vez que teme que le tire el auto encima. Pese a haber alertado a la Policía en la intersección de Batalla Puerto Argentino y Liniers, la respuesta fue que debía acercarse luego a realizar la denuncia. "Yo no puedo dejar de trabajar, nadie me mantiene", expresó.
Actualmente cuenta con el acompañamiento del área de Género del Municipio, quienes la asisten con movilidad a través de Guardia Urbana. También trabaja con su abogada, Alejandra Prosperi, para solicitar nuevas medidas judiciales. "Quieren ponerme señal policial, pero el que incumple es él. ¿Por qué no le ponen un policía a él las 24 horas?", se pregunta con indignación.
Elizabeth asegura que ya realizó cerca de 10 denuncias y que, sin embargo, no existe una causa penal abierta. "Fui a la OVD el 14 de noviembre y todavía no conozco la cara del juez. Le pido al doctor Cappa que me atienda, que me escuche. No quiero ser una muerta más", repitió entre lágrimas.
El temor por su seguridad es constante. Vive frente a dos canchas, no puede salir tranquila, ni siquiera durante sus días de franco. "Vivo encerrada por miedo. Me quiero viva, tengo hijos, tengo nietos. Solo pido justicia", reclamó.
Además, adelantó que presentar nuevamente la denuncia en la Comisaría de la Mujer, confiando en que desde allí el trámite llegue con mayor rapidez al Juzgado Penal. "No entiendo qué están esperando. Él ya estuvo preso. Hoy puede acercarse a mí sin restricciones. Esto no puede seguir así".
El Diario Nuevo Día continuará acompañando y visibilizando estos casos, exigiendo respuestas efectivas de la Justicia para garantizar la protección de las víctimas de violencia de género en Río Gallegos. (Fuente: El Diario Nuevo Día)