Falta de controles, imprudencia al volante y la necesidad de mayor control en la costanera de Río Gallegos
Tras un nuevo episodio de locura al volante que, en la madrugada del miércoles involucró al conductor de una Renault Oroch y motociclistas, se plantea nuevamente la inquietud respecto de los controles en la costanera de Río Gallegos y sobre todo en la noche, donde la alta velocidad es protagonista frecuentemente a la sombra de las autoridades y los vecinos dan cuenta de las caravanas de motos varias veces por semana, pero los incidentes recientemente registrados también dan cuenta de autos e incluso en distintos momentos del día.
Los tristes y repudiables sucesos de la madrugada del miércoles sólo se atenúan en un recurrente pensamiento popular parte del acervo popular argentino que rea que "siempre podría ser peor" y aunque suene a consuelo de tontos, el contexto en el que se dieron los hechos que terminaron con dos jóvenes atropellados y hospitalizados y más tarde, el autor detenido, el repaso de los hechos, la escalada de violencia y la conclusión que podría haber sido, aún más trágica, ponen de relieve la necesidad de establecer controles en una zona de la capital de Santa Cruz que históricamente fue escenario de los "pisteros" y el punto de encuentro de quienes salen a pasear en sus vehículos y en muchos casos, también beben allí.
Los sucesos históricos no se desentienden de los presentes, dado que en el tiempo reciente, un VW Bora estrellado a gran velocidad en plena tarde de domingo contra un poste y ante una gran cantidad de vecinos y vecinas que allí paseaban o el choque y vuelco de un VW Voyage, también sobre avenida Almirante Brown, en una mañana cualquiera, son antecedentes valederos para un pedido de los vecinos de la zona y la comunidad, que exige la presencia de controles y la implementación de una política efectiva en materia de seguridad vial.
A estos problemas, de un tiempo a esta parte se sumaron los "motoqueros" quienes circulan, en muchos casos, sin luces, en grandes grupos y de manera imprudente entre los peatones y otros vehículos.
A raíz de estos sucesos, las preguntas se tornan recurrentes ante la falta de acción por parte de los responsables y la articulación de los estados municipales y provincial, para la implementación de políticas que tiendan a reducir el riesgo y este tipo de situaciones, antes que sea tarde y termine costando mucho más que repuestos y algunos golpes, antes que termine costando una vida, de nuevo. (Nuevo Día)