Enseña a leer y escribir hace 27 años: la historia de Silvia Villa de Curi
Silvia Villa de Curi lleva 27 años enseñando a leer y escribir a personas adultas de manera gratuita en el Club de Leones de Río Gallegos. En una emotiva entrevista con el programa "Fuera de Contexto" de Radio Nuevo Día 100.9, compartió su vocación, anécdotas de alumnos y un nuevo llamado a la inscripción para quienes aún no saben leer ni escribir.
Silvia Villa de Curi es un nombre que tal vez muchos aún no conocen, pero su labor silenciosa transforma vidas desde hace casi tres décadas en Río Gallegos. En diálogo con el programa "Fuera de Contexto" que se emite por Radio Nuevo Día 100.9, Silvia relató que desde agosto de 1999 alfabetiza de forma voluntaria en el Club de Leones, donde ha formado a decenas de personas adultas que nunca tuvieron la oportunidad de aprender a leer ni escribir.
"Cuando veo que una persona que antes no sabía leer ahora puede entender un cartel de verdulería, ahí está mi paga", expresó con emoción. Su motivación, dice, surgió al haber ayudado a una empleada doméstica y a un obrero de la construcción. Desde entonces, no paró. "Lanzamos una inscripción y vinieron siete mujeres de distintos lugares del país. Así empezó todo", recordó.
Silvia no utiliza métodos tradicionales. "No hay métodos, hay tácticas, estrategias. Cada alumno tiene su problemática, su tiempo para aprender. Por eso hay que tener entrega", explicó, destacando que lo fundamental es crear un ambiente de familia y contención.
Entre risas y recuerdos, compartió anécdotas entrañables, como la de una alumna de 80 años que aprendió a dividir para calcular mejor la comida de sus visitas. También recordó con cariño al ingeniero ruso de San Petersburgo que llegó para aprender español y terminó haciendo redacciones que divertían a todo el grupo.
Actualmente, Silvia abre nuevamente la inscripción para personas adultas que no hayan sido alfabetizadas. Las clases son gratuitas, se dictan en la casona del Club de Leones en Sarmiento y Pellegrini, los martes y jueves de 14 a 17. "A los adultos hay que darles tiempo y afecto. Muchos están encerrados en sus casas, la educación les abre el mundo", afirmó.
Con 58 años de docencia, Silvia asegura que la vocación sigue intacta. "Perdí a mi marido después de 47 años de casados, y esto me hace muy bien", confesó. Por eso, invita a las personas que aún no aprendieron a leer y escribir a animarse: "Cambien el pudor por valor. Nunca es tarde para empezar. No era su tiempo antes, pero ahora sí".
"Alfabetización, amor, entrega, vocación", son las palabras que Silvia dibujó en un corazón sobre el pizarrón hace casi 30 años. Hoy, siguen siendo su bandera para transformar historias desde un aula llena de cuadernos, mapas, y sobre todo, humanidad. (Diario Nuevo Día)