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Corea del Sur: el presidente destituido Yoon Suk-yeol fue detenido tras un operativo de cinco horas

El presidente que fue apartado de su cargo tras declarar una sorpresiva ley marcial a comienzos de diciembre, por lo que ahora debe ser interrogado por las autoridades.

Redacción Nuevo Día
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Las autoridades de Corea del Sur finalmente detuvieron a Yoon Suk-yeol, el presidente que fue destituido en diciembre. Tras distintos intentos hace semanas, quedó tras las rejas con el objetivo de que sea interrogado acerca de su anuncio de la ley marcial que finalmente fue desactivado por el Parlamento horas después.

Pasaron 43 días entre el anuncio de ley marcial y la detención del mandatario, hecho que parece cerrar una etapa en el conflicto político. Según los argumentos de aquel momento, el presidente consideraba de trabajar como "fuerzas pronorcoreanas", por lo que se debía tomar una medida de ese calibre.

 La detención de Yoon es la primera en la historia del país a un presidente en el cargo, aunque el mandatario conservador quedó inhabilitado el pasado 14 de diciembre por el Parlamento nacional, cuando salió adelante la moción puesta en marcha por la oposición tras el estado de excepción declarado por el presidente.

Cómo fue el operativo para detener a Yoon suk-yeol, presidente destituido de Corea del Sur

Claro que los intentos fallidos previos por llevar adelante la detención hicieron que el operativo de este miércoles sea más completo. Antes del amanecer en Seúl, más de 3000 policías y otros agentes de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO) se acercaron a la residencia presidencial.

Cabe recordar que este despliegue tenía como fin poder desactivar al Servicio de Seguridad Presidencial (PSS), una fuerza independiente que respondía directamente a Yoon. Incluso se trata del cuerpo que rechazó en las ocasiones previas la detención del mandatario surcoreano.

El dispositivo policial también contaba con medio centenar de antidisturbios ante los más de 6.000 simpatizantes de Yoon que se congregaron en torno a la residencia oficial con la idea de impedir físicamente el acceso al recinto ubicado en Yongsan, en el centro de Seúl.

Durante horas, se negoció para avanzar con el operativo. Incluso, a lo largo de dos horas, hubo distintos intentos por parte de los policías para ingresar al recinto presidencial, aunque fueron rechazados por el PSS, que había desplegado vehículos, alambre de púas, agentes propios y hasta algunos parlamentarios correspondientes al partido de Yoon.

Ya entrada la mañana, la policía pudo entrar a la propiedad tras saltear distintas barreras de seguridad, por lo que las últimas horas solo se dieron negociaciones entre las partes legales para culminar el procedimiento.

Yoon fue finalmente detenido a las 10:33 después de que su equipo legal anunciara que accedía a comparecer ante la oficina anticorrupción. Ya bajo custodia de las autoridades, se negó a declarar durante las dos primeras horas y media de su interrogatorio en la sede de la CIO en Gwacheon, al sur de la capital, según dijo un funcionario de esa agencia.

La oficina anticorrupción tiene 48 horas para interrogar a Yoon y puede solicitar una orden para prolongar la detención. Está previsto que el aún presidente permanezca detenido en el Centro de Detención de Seúl, en Uiwang, cerca de la sede de la CIO.

Yoon es investigado por un supuesto delito de insurrección ligado a su declaración de la ley marcial, el único al que no es inmune un presidente surcoreano, así como por abuso de poder.

En caso de ser declarado culpable de insurrección, el líder conservador, al que se ha prohibido salir del país, podría afrontar una cadena perpetua o incluso la pena capital, aunque sobre esta última existe una moratoria en el país desde hace casi 40 años.

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