En el día del maestro, el recuerdo de los famosos en la escuela

Las figuras de la cultura y del espectáculo rememoraron sus años de escuela y dieron su parecer sobre la importancia de los maestros. Aquí sus experiencias en los años de escuela.

Claudia Villafañe contó que “Fui al Colegio San Rafael, que era de niñas y monjas, y queda en en el barrio de Floresta. Hoy en día es mixto, gracias a Dios. Me da cosa decirlo, pero era muy buena alumna. Aún hoy puedo recordar a cada una de mis maestras: Virginia, Elena, Stella Maris –a quien tuve en tercero y cuarto–, Roxana, Liliana y Ana María. Esta fue mi profe de Matemáticas en séptimo, una materia que me encantaba y que era mi fuerte. La maestra que tuve en quinto grado, por esas casualidades de la vida, es Roxana Randon, la mamá de Leo Sbaraglia. Cuando fui al estreno de Relatos Salvajes, donde él actúa, ella se acercó a saludarme y no podía creer que estaba nuevamente frente a mi maestra hermosa, aquélla que usaba unos claritos en el pelo, como se le llaman hoy a los reflejos. Ahora, si de la vida se trata, no quiero dejar de mencionar a mi mamá y a mi papá, mis maestros. De ella sigo aprendiendo día a día.”



Débora Plager (Periodista)





“Asistí al Colegio Dardo Rocha (primaria) y, en la secundaria, al Nacional de San Isidro. Era muy buena alumna y llegué a ser abanderada. Tenía a mi señorita Susana Bruno en la primaria, quien hace unos años me contactó y de tanto en tanto nos mensajeamos. De la secundaria recuerdo al profesor Ranucci, que lamentablemente falleció, mi profesor de Latín y Literatura. Y también, a Elvira, mi profesora de música. Ranucci nos enseñaba a ver cómo cada escritor estaba determinado por contextos históricos. El tema de los contextos siempre me resultó interesante y hoy, siendo periodista, es fundamental: sin el dar el contexto, no se puede informar correctamente. Hoy el maestro está precarizado en su trabajo respecto de su remuneración. De alguna manera, está destratado desde el lugar social que ocupa, cuando debiera ser un lugar prominente, como sucede en muchas otras sociedades que han apostado a la educación como motor del desarrollo. No hay futuro de un país sin maestros.”



Eduardo Sacheri (Escritor)





“Durante la primaria fui al Colegio Parroquial de Castelar. Mis recuerdos están partidos en dos: cuando estaba en quinto grado, falleció mi papá y eso significó una herida muy fuerte. Era muy buen alumno. Siempre me acuerdo de la señorita Celina, mi maestra de quinto… Ese año tan difícil para mí. Se portó muy bien conmigo, porque me contuvo y soportó las angustias y los berrinches. Tuvo una enorme paciencia y, encima, ella estaba esperando a su primer hijo. Aún hoy seguimos en contacto: sigue viviendo en Castelar y de vez en cuando nos comunicamos o hay tardes en las que se junta a tomar algún cafecito con mi mamá. Lo único que tengo que decir es que erró un gran pronóstico sobre mí: vaticinaba un gran futuro en las ciencias exactas y, sobre todo, en las Matemáticas. El secundario lo hice en el Colegio Nacional de Morón: con Gabriela nos pusimos de novios en quinto año y hoy es mi mujer.”



Eleonora Wexler (Actriz)





“Durante la secundaria fui al Colegio Cardenal Cisneros, que quedaba en La Boca y que hoy ya no está. Era muy buena alumna y estudiaba mucho porque me gustaba. Siempre sentí una profunda admiración hacia los maestros, de hecho, mi madre es maestra de escuela primaria. Es una vocación de servicio que siento no está reconocida monetariamente. Tengo un maestro siempre en mi corazón: Oscar Lanzillotta. Inspiraba mucho respeto: amaba lo que daba, que era Literatura. Y nos llevaba al teatro, ¡así que imagínense lo que significaba eso para mí! Por eso lo elegí para que me entregara el diploma cuando me recibí. Tiempo después me vino a ver al teatro cuando hacía La Tempestad. A partir de ahí empezamos a tener un vínculo y al día de hoy somos grandes amigos.”



Arturo Puig (Actor y director)





“En primer grado fui al Colegio Casto Munita. El impacto de ir por primera vez al colegio era muy grande. Recuerdo que en esa época jugábamos al balón: se tiraba la pelota con la mano y se iba eliminando a los que perdían. Era un alumno regular, ni malo ni bueno. Me gustaba mucho dibujar y ahí me destacaba. A mi primera maestra la recuerdo con mucho cariño. No puedo recordar su nombre, pero no hace mucho tiempo sus hijas ubicaron mi teléfono y me llamaron para contarme que ella me miraba en televisión. Después de tercer grado pasé al Colegio General Paz, sobre las calles Sucre y Migueletes, y fue una experiencia muy importante porque en esa época, en el barrio, había una villa de gente muy trabajadora. Y yo me crié con ellos, iba a sus casas a jugar a la pelota. Me nombraron Mejor Compañero y por eso, me regalaron un libro de la colección Robin Hood.”



Gonzalo Costa (Actriz y panelista)





“Fui a muchos colegios de la ciudad de Córdoba, porque mis padres alquilaban y nos mudábamos seguido. Siempre fui insoportablemente buena alumna porque mi cuestión era agradar, que me aceptaran y que me quisieran. De la etapa escolar, del jardín precisamente, tengo muy presente a mi señorita Nora. En esa época me pintaba la boca antes de salir de casa y, unos metros antes de llegar a la escuela, me sacaba el rouge. Recuerdo que ella nos hacía formar una fila para cantar y hubo un día en el que me vio pasándome la manito por la boca. ¿Qué hizo ella? Me dijo que no lo hiciera, que me lo dejara si era lo que deseaba. Y no solo eso, sino que me dejaba jugar en la casa de muñecas. Ella fue quien me enseñó a escribir mi nombre: Gonzalo. Siempre me pregunto si ella se acordará de mí como yo de ella.”



Nahuel Pennisi (Músico)





“Asistí a la Escuela N°25 de Florencio Varela. Hice toda la primaria ahí y luego, la secundaria, en el Faustino Mennel. Cuando era chiquito prefería estar aislado o lejos de mis compañeros, que eran más de correr y jugar, porque me quedaba hablando con las maestras o tocando el bajo y la guitarra en los recreos. De todas maneras, siempre me llevé muy bien con mis compañeros y me sentí muy querido y respetado. Llevo dos maestras en mi corazón. Una es Marta Kanashiro, que me tuvo en primer y segundo grado, porque fue mi primera maestra y yo seguramente estaba con miedos y ella habrá hecho preguntas también sobre cómo hacer con alguien no vidente como yo. Rescato su sencillez y que me haya tratado como a cualquier persona. La otra es Teresa Larrosa, una señora sensible que me acompañó en sexto grado. En los actos de fin de año, tocábamos juntos canciones y me acompañaba. El Día del Maestro significa mucho para mí, sobre todo porque mi papá es docente y hoy es Director del Colegio San José, que está en Villa Crespo. Con él aprendí a valorar, a creer y a cuidar la figura del maestro. ”



Jorge Marrale (Actor)





“Reaparecen recuerdos varios de la primaria: desde la vacunación en la Secretaría y la cascarilla por la tarde. Desde el patio enorme en el que jugábamos hasta el guardapolvo blanco con almidón… ¡Costaba meter las manos en los bolsillos! Siempre recuerdo también a la señorita Piombo, que tuve en primer grado: única, imponente y dulce… Con su paciencia y su mezcla de exigencia y cariño. Creo que la amaba. Hoy cuando una luz de enseñanza o de aprendizaje me alcanza, ahí aparece otra vez este primer referente.”



Natalia Lobo (Actriz)





“Asistí al Colegio N°8 de Vicente López a partir de segundo grado. El primer día de clase me sentaron con Judi y seguimos compartiendo banco durante toda la secundaria también. Hoy es mi hermana del corazón. Yo era muy buena alumna. Lo primero que hacía cuando llegaba a casa era hacer la tarea. Para eso me montaba una oficina, me servía el té y con un teléfono rojo de plástico jugaba a que estaba trabajando mientras hacía los deberes. Para mí, lo primero era la escuela. Incluso ayudaba a mis compañeros en las pruebas. En sexto y séptimo grado me eligieron como Mejor Compañera y eso me emocionó mucho. Hoy hay que revisar las maneras de los maestros, porque con la tecnología uno se informa y aprende. Entonces, pareciera que la labor presencial del maestro no es importante, pero quizás ellos tienen que acompañar el conocimiento que uno adquiere de estas plataformas y ayudar para que uno filtre la infinita cantidad de información.”



Peto Menahem (Actor y guionista)





“Durante la primaria fui al Bialik Central, en la calle Aguirre, y tengo amigos todavía, como Gabriel: empezamos primer grado y actualmente nos encontramos constantemente. Para el secundario fui al Pellegrini y todavía era el último año de la dictadura. Por eso tengo un recuerdo feo. De chico era muy travieso, era de los quilomberos… Pero tenía buenas notas, así que supongo que no me expulsaron por eso. A mis maestros los recuerdo con mucho amor. Bah, a mis maestras. Excepto el profe de gimnasia, el resto eran todas mujeres. Eran contenedoras, amorosas y muy piolas. Y de la secundaria recuerdo a la profesora Vital de Literatura porque me cambió la vida: en primer año puso frente a nosotros el cuento El jardín de los senderos que se bifurcan, de Borges, y a mí me estalló la cabeza. Los docentes tienen el rol más importante de la sociedad: son más importantes que un Diputado, un Senador o Concejal, porque esos roles son administrativos y los de los maestros, formativos”. (Clarin)


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