Río Gallegos

Martín Aguirre: el oficio de ser bombero, la vocación de ayudar al prójimo y servir a la comunidad

Hoy, en la octava entrega de “Hacia adelante: historias que motivan e inspiran”, El Diario Nuevo Día te cuenta la historia del Comisario General Martín Aguirre: sus orígenes, su formación y trayectoria, su familia, los casos que lo conmovieron a nivel personal, las diversas tareas que realizan los bomberos y el vínculo estrecho con la comunidad.

“Me impactó mucho ver el momento en que mis pares lograron reanimar a una niña que había intentado quitarse la vida arrojándose a un espejo de agua. Por más que estemos preparados para afrontar estos casos y en el momento actuemos en frío, uno nunca deja de conmoverse”, recordó con un gesto serio Martín Aguirre (47), Superintendente de Bomberos de la provincia de Santa Cruz, quien reparte su tiempo entre los cuarteles, su hogar, su familia y los pasillos de la UNPA, donde hace más de 20 años es profesor de la cátedra de Seguridad e Higiene de las carreras Licenciatura en Administración de Empresas e Ingeniería Química.





Nacido y criado en la capital santacruceña, vivió su infancia en el Barrio de YCF y proviene de una familia trabajadora compuesta por su padre -que en vida fuera maquinista ferroviario- y su madre, ama de casa. Cuando su padre fallece en 1993, su referente pasó a ser un tío materno de oficio bombero, que sin querer le transmitió el interés y la vocación de servir a la comunidad. Así fue que ingresó a la Escuela de Cadetes de Policía “Eduardo Victoriano Taret”, donde se recibió como Oficial Ayudante con el promedio más alto en el escalafón Bomberos. Gracias a ello, fue becado para continuar sus estudios en el Instituto de la Policía Federal Argentina en Capital Federal, donde con tan sólo 24 años se recibió de Licenciado en Seguridad y Sistemas de Protección contra Siniestros.



Ya de regreso en su ciudad natal y habiendo tenido la oportunidad de capacitarse en Estados Unidos, Aguirre se desempeñó como Segundo Jefe de la Unidad de Bomberos Primera y luego trabajó durante 15 años en el área Técnica Investigativa. Allí tuvo la posibilidad de innovar y aggionar la labor que se venía realizando, aplicando los conocimientos que había adquirido en materia de investigación pericial. Tras haber trabajado como jefe en las áreas de Capacitación y Bienestar Policial y también en la Escuela de Policía, retornó a Bomberos cuando ésta pasó de ser División a Superintendencia, llegando a ocupar el cargo máximo desde hace dos años y medio.





La relación de los bomberos con la comunidad, su labor y los hechos que lo marcaron



Respecto de la mirada de la sociedad hacia los bomberos en general, Aguirre expresó: “Si bien somos policías y llevamos un uniforme, la sociedad nos ve como una figura más cercana, quizás por nuestra labor de rescate. Tenemos otra forma -igual de seria y profesional pero menos protocolar y más descontracturada- de vincularnos, escuchar y tratar las víctimas. De hecho, ese fue uno de los principales motivos de mi elección dentro del espectro de las fuerzas de seguridad. Es una profesión típica, de esas que todo niño quiere ser cuando sea grande. En lo personal me gusta mostrar y resaltar ese costado humano desde la Institución”.



“Además vale aclarar que no sólo intervenimos en casos de incendios (en su mayoría principios de incendio ocasionados por desperfectos eléctricos), sino que también asistimos a víctimas de accidentes viales; rescate de personas en el agua, atrapadas, en altura o perdidas en lugares inhóspitos; animales en situación de peligro; sustancias peligrosas; incendios forestales; explosivos; voladuras de techos o incendios provocados por vientos fuertes; además de las constantes campañas de prevención; y el trabajo articulado con otras áreas, fuerzas, entes, municipios y la Justicia. Incluso en lo que respecta a abordaje social en casos de personas en situación de vulnerabilidad. Tenemos guardia las 24 horas, línea telefónica gratuita de emergencias (100), más de 700 bomberos y 28 cuarteles a lo largo y ancho de la provincia. Somos la única provincia del país donde todos los bomberos son profesionales, remunerados, como debería ser siempre”, resaltó.





 





En este sentido contó que algunos de los casos que más lo impactaron fueron el incendio de un camión que transportaba combustible y tardó casi 7 horas en apagarse, el recordado incendio de una empresa de materiales de construcción por un desperfecto eléctrico y el trágico incendio de una vivienda precaria calefaccionada a carbón en el Barrio San Benito donde perdieron la vida una madre y sus dos pequeños hijos. “Afortunadamente contamos con la Dirección General de Bienestar donde se brinda apoyo psicológico, contención y charlas post traumáticas al personal”, indicó.



Su familia, sus anhelos, su presente y proyectos a futuro



Martín actualmente está casado con Corina, con quien tuvo dos hijos: Facundo, que está estudiando en Córdoba, y Sofía, que está por terminar el secundario; y el año que viene cumple con los 30 años de servicio que lo habilitan a retirarse. En su escaso tiempo libre disfruta de leer, practicar deportes, piensa seguir ejerciendo la docencia y no descarta la posibilidad de estudiar abogacía: una materia pendiente en su vida. “El ser bombero es un gran honor para mí, y el hecho de ayudar me da muchas satisfacciones. Creo que para ser un buen bombero primero hay que ser buena persona. La gente es muy agradecida y eso nos llena de orgullo y nos motiva a seguir dando lo mejor de nosotros”, finalizó con una mezcla de nostalgia y emoción, e invitó a los jóvenes a animarse a esta profesión.





*Por Nazarena Mosquera.


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