La Liga Patriótica a un siglo de la barbarie

Faustino Olmedo, obrero ferroviario, cae abatido por los balazos que disparan desde la comisaría de Puerto Deseado . Es un trágico 17 de diciembre del año 1920 que se lleva la vida de este joven de 21 años.

*Mario Novack



Es el debut de la nefasta Liga Patriótica en territorio de Santa Cruz, en lo que con posterioridad sería una práctica permanente durante los fusilamientos del 21. Los obreros ferroviarios habían ido a manifestar a la comisaria la liberación de tres dirigentes gremiales, previamente detenidos.



  Pero, cuando había nacido como organización paraestatal la Liga Patriótica..? Sus antecedentes explicarán muchas situaciones registradas en el país en los años de mayor convulsión social y política cuando se iniciaba la década del 20.



Manifiesto fundacional



  "Contra los indiferentes, los anormales, los envidiosos y haraganes; contra los inmorales, los agitadores sin oficio y los energúmenos sin ideas. Contra toda esa runfla sin Dios, Patria, ni Ley, la Liga Patriótica Argentina levanta su lábaro de Patria y Orden... No pertenecen a la Liga los cobardes y los tristes."



Es 1919 y Manuel Carlés, su ideólogo y máximo referente,  se atreve a dividir al mundo de un solo tajo, que separa a sus acólitos y a los fermentados por la "peste exótica" que estalla a principios del siglo: las luchas obreras y el avance de las ideologías "nuevas". No es un cazador solitario: la Argentina ya está "infectada" y la agitación crece; como respuesta, surgen organizaciones civiles represoras —de xenofobia no disimulada— ante cuyos solos nombres tiemblan los ghettos judíos de la sección 7ª y se enardecen los peones del puerto. La Asociación del Trabajo y la Liga Patriótica Argentina son, entonces, los máximos baluartes de esta guerra santa.



  La Liga se fundó, provisionalmente en los salones del Centro Naval, en Florida al 800, bajo la presidencia del Almirante Manuel Domecq García. Pero sólo en la noche del sábado 5 de abril de 1919, cuando todavía flota el olor a sangre y pólvora de la Semana Trágica, se constituye la comisión definitiva: Manuel Carlés, su Presidente. Había nacido en Rosario, en mayo de 1870, y se doctoró en Jurisprudencia en Buenos Aires, en cuyo Colegio Nacional enseñó Literatura y Filosofía; después, en 1898, fue convencional para la reforma de la Constitución y, en el mismo año, Diputado Nacional por Santa Fe.

 



En un comienzo su nombre fue Comisión Pro defensores del Orden y sus reuniones se llevaban adelante en la Confitería "París", tiempo después se trasladaron al Centro Naval en la intersección de Florida y Córdoba.



Su financiación provenía de donaciones de las "mejores familias", cuyos jóvenes se integraron a las bandas de choque. Las cuales eran entrenadas por militares y contenidas "espiritualmente" por miembros de la jerarquía eclesiástica.





Entre sus miembros más reconocidos se encontraban: Joaquín S. Anchorena (abogado), Dardo Rocha (militar), teniente general Luis Dellepiane, Francisco P. Moreno (científico naturalista), monseñor Miguel de Andrea (obispo), Ángel Gallardo (quien en 1922 será ministro de Relaciones Exteriores), Miguel Martinez de Hoz (militar), Julio A. Roca (hijo).



Los fines de la Liga eran: 

"Estimular, sobre todo, el sentimiento de argentinidad tendiendo a vigorizar la personalidad de la Nacion, cooperando con las autoridades en el mantenimiento del orden publico y en la defensa de los habitantes, garantizando la tranquilidad de los hogares, únicamente cuando movimientos de carácter anárquico perturben la paz de la República. Inspirar en el pueblo amor por el ejército y la marina ".



La Semana Trágica



Una de las páginas más sangrientas de nuestra historia la constituyen la huelga de los talleres Vasena, cuando se hizo "célebre" la Liga Patriótica y cuando adoptó dicho nombre el 16 de enero de 1919, poco antes de finalizar la huelga.



Como consecuencia del accionar represivo y la barbarie criminal más de 700 personas resultaron muertas y cerca de 4 mil resultaron heridas. La huelga de los 2.500 trabajadores metalúrgicos había comenzado el 2 de diciembre. No pedían demasiado: jornada de ocho horas, salubridad laboral y un salario justo. Para ese entonces los Vasena habían vendido la fábrica a una empresa inglesa, pero seguían gerenciándola y se mostraron intransigentes a lo que llamaban “la insolencia obrera”, lo que naturalmente puso más “insolentes” a los trabajadores, que decidieron tomar la fábrica y armar un piquete en la puerta del establecimiento en defensa de sus derechos.



Pedro Vasena tenía buenas relaciones con el gobierno, particularmente con el senador nacional Leopoldo Melo, que además de ser un notable militante radical cercano a Yrigoyen era a la vez asesor legal de Vasena. Y logró que enviaran rápidamente policías y bomberos para castigar la “insolencia” de los obreros organizados.



La Liga se reunía en comisarías y allí distribuían armas y brazaletes, partían en coches manejados por jóvenes y, al grito de "¡Viva la Patria!", se dirigían a las barriadas obreras, sindicatos, bibliotecas populares, sedes de periódicos socialistas y anarquistas, contando con la complicidad policíal.



En el medio de la lucha de los trabajadores de Vasena, fueron atacados también de judíos en el barrio de Once por las bandas que se especializaban en la "caza de rusos". Pero el accionar se repetirá en numerosos lugares del país.





La Rebelión de los braceros



Durante los sucesos de diciembre de 1919 y enero del 20, también se advirtió el accionar de la Liga Patriótica en los campos del sudeste bonaerense. Allí el accionar de la Liga Patriótica se volcó a lugares como Copetonas, Aparicio, Oriente y Cascallares donde se produjo una matanza de obreros en momentos en que manifestaban pidiendo la libertad de detenidos en la comisaría.



La conformación era similar, la mayoría jóvenes provenientes de dueños de campos o casas cerealistas y la mayoría de ellos afines al Partido Radical. Según los datos de la época, al menos medio centenar de obreros perdería la vida en los enfrentamientos que resultaron la antesala de otros conflictos, como los registrados en La Pampa, Entre Ríos y Santa Cruz.



La masacre de Gualeguaychú



El 1º de mayo de 1921 en Gualeguaychú, trabajadores nucleados en la Federación Obrera Departamental conmemoraban el Día del Trabajador en homenaje a los mártires de Chicago. Había trabajadores de diversas ramas, carreros, portuarios, entre otros y su símbolo era una bandera roja. En ese tiempo había varios conflictos gremiales que molestaban a la burguesía local. Ese mismo día conservadores de la Liga Patriótica Argentina, una organización parapolicial, nacionalista, católica y  antisemita, dirigida por terratenientes, organiza un acto que llamó del “trabajo libre”, que era el trabajo sin sindicatos, con la excusa del pronunciamiento de Urquiza.



Si bien los actos eran en lugares y horarios diferentes, los liguistas se acercaron hasta donde estaban los obreros y les exigieron bajar la bandera roja por considerarla una afrenta a la bandera argentina. Los obreros se negaron y comenzó una balacera, con un resultado de varios obreros muertos y ningún condenado. La causa prescribió y algunos de los represores protagonistas hicieron carrera política en la provincia; no así los obreros, que sufrieron persecución toda su vida.



Ateo Jordán es hijo de uno de los obreros reprimidos ese día. Guardó la bandera roja de la discordia y es simbólico su nombre impuesto en repudio a la participación que tuvo la iglesia en esos episodios, ya que se asegura que desde el edificio religioso partieron los disparos que ultimaron a los obreros.



La lejana Santa Cruz



En nuestra provincia también se constituyó una filial de la Liga, que además de los episodios de Puerto Deseado tuvo actuación en otras localidades como Puerto Santa Cruz, Las Heras, Río Gallegos y Puerto San Julián, entre otras.



Hay detalles sumamente sorprendentes en la integración de la conducción de la organización en aquel Río Gallegos de 1921, todos —sin excepción— los que integraban la Liga Patriótica Argentina eran extranjeros…



Correa Falcón aconseja armarse y organizar la Liga Patriótica, algo que se concretará en Río Gallegos en julio de 1921. El diario La Unión anunció en sus páginas este acontecimiento: … “tras un breve cambio de ideas y como la realización de un anhelo común, quedaron conciliadas todas las voluntades con la formación de una brigada local de la Liga Patriótica Argentina, institución benemérita a la que ha dado vida la necesidad urgente que venga a llenar en el país y a la que ha dado nervio su infatigable presidente, el doctor Manuel Carlés, sano ejemplo de consagración a tan alta y desinteresada obra”.



  Y finaliza diciendo el medio considerado vocero de los hacendados: “La brigada local de la Liga Patriótica recibirá la adhesión espontánea de todos los argentinos y extranjeros que desean prestar cooperación eficaz a la obra patriótica y civilizadora de la institución”.





La primera comisión la presidirá Ibón Noya; será vice el policía Diego Ritchie; secretario, Arturo Brisighelli,; luego, estarán Santiago Stoppani (director de la cárcel), Max Loewenthal, Manuel Fernández, el doctor Bartolomé Pérez, Edelmiro Correa Falcón, Nicolás Feller y Luis Klappenbach.



El doctor Alejandro Sicardi, va a presidir la Liga Patriótica de Puerto Santa Cruz y sería uno de los responsables, junto al comisario Gustavo Sotuyo de la muerte de los obreros Islas y Gesenko, de los que hemos dado cuenta en anteriores entregas



El comisario Juan Albornoz queda al frente de la delegación en San Julián. También se organiza definitivamente en Colonia Las Heras.



En el libro La Patagonia Argentina, de Edelmiro Correa Falcón y Luis Klappenbach, se señala que: “De acuerdo con el plan formulado por el presidente de la Liga Patriótica, se fundaron en las estancias principales del territorio, sub-brigadas, cuya dirección se encomendó al propietario o administrador del establecimiento. Se las proveyó de escudos y banderas, con la recomendación de poner aquél en sitio bien visible de la casa principal”.



En 1922 Manuel Carlés viajó al sur argentino y a lo largo de su recorrido promovió la creación de más de 290 brigadas. En una publicación del diario “El Radical” se dá a conocer la nomina de integrantes de la Liga Patriótica en Río Gallegos. 

Leónidas Anastasi, diputado nacional del radicalismo y uno de los más prestigiosos abogados laboralistas manifestó en la sesión del 8 de febrero de 1922: “La Liga Patriótica llama anarquista a todo trabajador que reclama su salario, que exige mejores condiciones de vida y de higiene. El memorial (de Carlés) destruye precisamente la leyenda de los bandoleros de la Patagonia porque resulta que por el mismo sabemos que se trataba de una huelga, huelga que compara a las que habían ocurrido repetidamente en la Capital, en Santa Fe, en Entre Ríos, en Córdoba, en Mendoza, en Tucumán, Chaco y Misiones…”



Cabe señalar que, por su parte, la Liga Patriótica de Punta Arenas participó en la represión del movimiento obrero en el sur chileno.