Patagonia

El guanaco en la Patagonia: un "raro" competidor que desafía el reinado ovino

Con casi el 90% de la población de guanacos en Sudamérica, Argentina se encuentra ante el desafío de equilibrar la convivencia de estos mamíferos con la industria ovina. Descubre la historia, comportamiento y desafíos que plantea este animal en la región.

El guanaco, un mamífero de la familia de los camélidos, ha establecido su reinado en la extensa y deslumbrante región de la Patagonia argentina. Con casi el 90% de la población de guanacos en Sudamérica concentrada en nuestro país, este "carnero salvaje" comparte hábitat con las ovejas, generando desafíos y tensiones en la región.



Históricamente, el guanaco ha sido un componente esencial de la vida en la Patagonia. En tiempos de los indios Tehuelches, era la segunda presa preferida después del ñandú. Su caza proveía carne, cuero, huesos, tendones, sangre y lana, utilizada para confeccionar los famosos "quillangos" y techos de toldos indígenas. Sin embargo, la población de guanacos ha disminuido significativamente desde la época de los conquistadores, pasando de unos 50 millones a aproximadamente un millón en la actualidad.



El explorador George Chaworth Musters describió al guanaco como un animal "raro", dotado con características diversas como el relincho del caballo, la lana del carnero, el cuello de camello, los pies de ciervo y la velocidad del diablo. A pesar de su aparente rareza, los guanacos han demostrado ser resistentes y bien adaptados a las condiciones climáticas extremas de la región patagónica.



Estos mamíferos de contextura mediana-pequeña viven en rebaños liderados por un macho dominante, con alrededor de cien hembras y sus crías. Su dieta vegetariana se compone principalmente de vegetales duros y secos, y son conocidos por su habilidad para escupir cuando se sienten amenazados. A diferencia de la llama, el guanaco no es fácilmente domesticable, y aunque se cría en cautiverio para carne y lana, conserva su carácter libre e indómito.



Hoy en día, el guanaco se enfrenta a nuevos desafíos en la Patagonia. La competencia con las ovejas por el escaso alimento del suelo ha llevado a que se lo combata en algunas regiones para proteger la industria lanera. La disminución de depredadores naturales, como el puma, ha permitido que la población de guanacos crezca sin restricciones, generando preocupaciones sobre su impacto en la actividad ovina.



Este "raro" competidor desafía el equilibrio entre la preservación de la biodiversidad y la sostenibilidad de la industria ovina en la vasta y cautivadora Patagonia argentina. La gestión adecuada de esta convivencia se presenta como un desafío crucial para el futuro de ambas especies en esta región única del mundo.


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