Deliberante reconoció al vecino Ramiro Kroeger propietario del bar “Los Vascos”

A Instancias del concejal Juan Manuel Kingma, el Concejo Deliberante aprobó hoy por unanimidad el proyecto de resolución para reconocer al vecino Ramiro KROEGER por su trayectoria y compromiso con la comunidad riogalleguense.

El proyecto aprobado expresa la intención del cuerpo de  “reconocer y felicitar al señor Ramiro KROEGER por los años de trabajo, generosidad,  humildad y la solidaridad sumada a una gran vocación de servicio y hospitalidad  en la esquina del corazón y del tiempo,  donde el Bar “Los Vascos” se encuentra desde hace cincuenta y nueve años”.



En su proyecto Kingma destaco que “pasaron cincuenta y nueve años desde aquel 1º de septiembre de 1958, en la esquina del corazón y del tiempo, donde llegó para quedarse, Ramiro Kroeger. Aquellos días donde la primavera buscaba en los retoños de los arboles su flor, aquel joven muchacho que llego de chile con su jóvenes 16 años a un lugar hermoso que fue su casa,  su hogar, la ciudad de Puerto San Julián a buscando nuevos horizontes en cuya infancia estuvo marcada de sacrificio”.



Se señala que “trabajó en el campo, siendo cadete, buscando trabajo  en un hotel como o ayudante de cocina y con el tiempo  con mucho sacrificio aprendió distintos trabajos  en el hotel. Siempre recuerda a aquel Yugoslavo que lo trato como un  hijo y que lo dejo como gerente de su hotel  por ocho años, trabajando allí hasta que quiso ser independiente y lograr su destino”.



“Fue entonces cuando viene a Rio Gallegos y de mucho buscar encuentra por esas casualidades del destino esa esquina que se convertiría en la vida un lugar social de encuentro un espacio para la ciudad, para todos. Con  la mirada hacia la ventana y la puerta del lugar Ramiro recuerda el primer día que llego hasta el lugar y cuando abrió la puerta: yo sabía lo que tenía que hacer  toda mi experiencia vivida y aunque era joven sabía lo que es tener un negocio, porque para esto se Nace, No se hace”.



Kingma destacó que “Ramiro Kroeger  suma a sus características  la cultura del trabajo, la generosidad, la humildad y la solidaridad sumada a una gran vocación de servicio y hospitalidad  y vuela en ese espacio, como tantos objetos que hay de recuerdos en sus paredes, estanterías y acompaña la emoción de haber pasado tantos años y continuar con el bar con dos ventanales que  dan hacia la ciudad  que reflejan la historia y pasa la vida de la ciudad.  La lista de motivos para estar  en el querido Bar los Vascos es casi infinita: vivir los partidos de fútbol en la mejor compañía, también en  este lugar se llega para hacerse amigos de desconocidos tal vez  y reencontrarse con los antiguos,  y tener una buena conversación compartir y ser  los protagonistas de ese tiempo”.



Además se expresa que “allí en la esquina del tiempo fluye el pensamiento  de Ramiro Kroeger y en su mente está el recuerdo de la gesta de Malvinas en 1982 cuando fue jefe de manzana y se siente orgulloso de haber cumplido su deber como ciudadano en aquel frio invierno. Y en las mañanas donde el sol refugia la luz que junto al atardecer se detiene el tiempo en una charla y recuerdos que buscan alumbrar emociones y sentimientos por ello habla de la familia con esa mirada orgullosa y llena de amor”.



Como datos familiares, se señala que Ramiro “está casado desde 1969 con Elvira Mirian Monje, quien le dio dos varones y una mujer, Cristian Fabián, José Carlos y Liliana Carina de los cuales nacieron unos hermosos nietos  Mario, Ramirito, Vicente y Clarita”



Finalmente el proyecto destaca que: “este es un reconocimiento a alguien que ha sabido expresar a través de un lugar con rasgos Literarios de nuestro pueblo ya que allí se juntan escritores, llamados  “Las letra de del viento”  la esquina que hizo historia y es parte de la historia, estamos preservando el patrimonio, un espacio de cultura para la cuidad, nuestra cultura a través de personajes inolvidables devolviéndonos una mirada de nuestra propia identidad”.



“En LOS VASCOS siempre habrá una mesa de café con quien compartir, donde nos hace humanos y celebramos la vida misma, no hay silencio en sus paredes quedan las voces de la historia de un lugar de todos donde se comparte la vida. En la entrada un cartel señala un nombre “AURREA! que en vasco significa Bienvenido! Adelante..!!”, concluye el proyecto.



 


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